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A diez años del caso Enron, la crisis revive los mismos errores

Este mes se cumple el décimo aniversario del emblemático caso que erosionó la confianza de los mercados en los balances de las empresas y puso dudas en el modus operandi de las auditoras.

Por: | Publicado: Sábado 22 de octubre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Leonardo Ruiz Pereira



En octubre de 2001 se destapó un escándalo que extendió la incertidumbre por la industria financiera. Enron, que alguna vez fuera el mayor corredor de energía en EEUU, pasó a convertirse en sinónimo de fraude al utilizar métodos ilegales de contabilidad para ocultar deudas en su balance.

Con activos por cerca de US$ 25 mil millones, el colapso de Enron fue en ese entonces la mayor quiebra en la historia de Estados Unidos, hasta que en 2008 fue largamente superado por la caída del banco Lehman Brothers.

A diez años del caso, algunas de las principales fallas que provocaron su colapso, siguen estando en el centro de la última crisis financiera.

El caso de Enron se volvió emblemático porque hizo que los mercados perdieran confianza en los balances de las empresas y abrió muchas interrogantes sobre la independencia de las auditoras. La desaparecida Arthur Andersen, disuelta tras el escándalo, ganaba más dinero prestándole asesorías a Enron que vigilando sus cifras.

La historia se repite


Aunque los directorios estadounidenses se han vuelto más estrictos en la revisión de los balances, en Europa los reguladores sólo recientemente comenzaron a poner atención al potencial conflicto de interés entre las unidades de auditoría y consultoría de las empresas.

Para restaurar la confianza en los balances, en 2002 EEUU aprobó la ley Sarbanes-Oxley, que exige verificar procedimientos de contabilidad cuestionables.

Sin embargo, el presidente de EEUU, Barack Obama, propuso recientemente relajar la ley como parte de un plan para incentivar a las pequeñas empresas a que levanten capital y se abran en bolsa, y esta semana inversionistas del sector privado respaldaron las modificaciones.
Enron, que llegó a tener ingresos por US$ 111 mil millones en 2000, estaba compuesta por más de tres mil sociedades, lo que hizo muy difícil seguir correctamente sus balances, permitiendo en cambio que su director ejecutivo alterara sus resultados. Al mando de la empresa estaban Kenneth Lay y Jeffrey Skilling, que transformaron a la firma en la séptima más grande de EEUU, gracias a las irregularidades financieras por las que fueron juzgados.

Pero eso no impidió que años después, el mismo tipo de liderazgo cerrado se repitiera en la última crisis financiera, con la caída de Bear Stearns y Lehman Brothers.

Maraña financiera


Del mismo modo, los complicados instrumentos de derivados y vehículos financieros fuera de los balances que estuvieron detrás de la última crisis de la banca en 2008, fueron los sucesores de los vehículos de inversión que corredora de energía utilizó para ocultar de las autoridades sociedades como JEDI y Chewco.


¿Cómo cayó Enron?

La controversia sobre cómo Enron contabilizó sus transacciones financieras con entidades controladas por autoridades de la compañía, entre ellas el ex director financiero, Andrew Fastow, considerado el cerebro del fraude, hicieron caer la acción de Enron y su calificación de crédito en 2001. La empresa acordó ser adquirida por un rival más pequeño, Dynegy, pero éste se arrepintió, a medida que la situación financiera de Enron empeoró. El colapso de la empresa y la destrucción de documentos vinculados a su auditoría gatilló una serie de investigaciones, y el presidente y CEO, Kenneth Lay, renunció a inicios de 2002. Fastow fue acusado de incurrir en fraude, lavado de dinero y conspiración durante su mandato como director financiero; recibió una sentencia de 10 años en enero de 2004 y acordó pagar una multa de casi US$ 24 millones en activos. Jeffrey Skilling, director ejecutivo de Enron por seis meses en 2001, fue acusado de cargos de fraude, uso de información privilegiada y mentirle a los auditores. Lay murió de un ataque al corazón en 2006. Skilling fue sentenciado a más de 24 años en la cárcel y busca un nuevo juicio, ya que la Corte Suprema estadounidense determinó que los fiscales lo condenaron con una teoría legal inválida.

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