Inauguran primer centro de investigación avanzada para carozos en Chile
La iniciativa, pionera en la fruticultura, se focalizará en el estudio de raíces.
Por: | Publicado: Martes 13 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
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por Francisca Orellana
En la Región de O’Higgins se encuentra el 50% de la superficie plantada de duraznos, nectarines, ciruelos y cerezos del país. Pero variables como la falta de oxígeno en el suelo, por ejemplo, han impedido una mayor productividad de los frutos y la expansión de las tierras cultivadas.
Tal situación, sin embargo, podría cambiar en los próximos años debido a que hacia fines de abril se inaugurará en dicha zona el primer Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) del país, instalación que, en sus 700 metros cuadrados, albergará a investigadores que se centrarán en el análisis de los carozos.
Manuel Pinto, director del CEAF, explica que tienen cuatro líneas de estudio: mejoramiento genético, genómica funcional frutal, fisiología del estrés y agronomía de huertos frutales; en tanto que Myrthon Naour, coordinador de Gestión y Administración del CEAF, añade que es una iniciativa pionera en la fruticultura mundial, debido a que se focalizan en el estudio de temas radiculares (raíces) de los frutales, “en los que nadie hasta ahora se ha especializado”, dice.
Al respecto, Pinto acota que se trata de un “aspecto que tiene una enorme importancia para mejorar la tolerancia de los cultivos frente a a la sequía, salinidad, hongos o bacterias, entre otros”.
El centro recibió un financiamiento de US$ 4,5 millones por cinco años (2009-2014) y en él participan la Asociación de Exportadores de la VI Región, INIA, Conicyt, la Universidad de Chile y el Gobierno Regional, que entrega recursos a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional. Si bien las instalaciones se inauguran en abril, lo cierto es que hace un año que los científicos están trabajando en dependencias del INIA, donde están llevando adelante cinco proyectos, destacando el estudio de mejoramiento genético de portainjertos para cerezos y durazneros, con el objetivo de lograr variedades resistentes a los nemátodos (gusanos), un problema importante que afecta a la región.
Capital humano
El CEAF también servirá para incrementar el número de investigadores especializados.
“La región se ha visto perjudicada en su desarrollo científico y tecnológico por estar cerca de Santiago. Eso ha impactado en un retraso y falta de masa crítica, que ha dado como resultado una baja capacidad para competir en inversiones en materia de investigación e innovación”, reconoce Pinto.
En la Región de O’Higgins se encuentra el 50% de la superficie plantada de duraznos, nectarines, ciruelos y cerezos del país. Pero variables como la falta de oxígeno en el suelo, por ejemplo, han impedido una mayor productividad de los frutos y la expansión de las tierras cultivadas.
Tal situación, sin embargo, podría cambiar en los próximos años debido a que hacia fines de abril se inaugurará en dicha zona el primer Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) del país, instalación que, en sus 700 metros cuadrados, albergará a investigadores que se centrarán en el análisis de los carozos.
Manuel Pinto, director del CEAF, explica que tienen cuatro líneas de estudio: mejoramiento genético, genómica funcional frutal, fisiología del estrés y agronomía de huertos frutales; en tanto que Myrthon Naour, coordinador de Gestión y Administración del CEAF, añade que es una iniciativa pionera en la fruticultura mundial, debido a que se focalizan en el estudio de temas radiculares (raíces) de los frutales, “en los que nadie hasta ahora se ha especializado”, dice.
Al respecto, Pinto acota que se trata de un “aspecto que tiene una enorme importancia para mejorar la tolerancia de los cultivos frente a a la sequía, salinidad, hongos o bacterias, entre otros”.
El centro recibió un financiamiento de US$ 4,5 millones por cinco años (2009-2014) y en él participan la Asociación de Exportadores de la VI Región, INIA, Conicyt, la Universidad de Chile y el Gobierno Regional, que entrega recursos a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional. Si bien las instalaciones se inauguran en abril, lo cierto es que hace un año que los científicos están trabajando en dependencias del INIA, donde están llevando adelante cinco proyectos, destacando el estudio de mejoramiento genético de portainjertos para cerezos y durazneros, con el objetivo de lograr variedades resistentes a los nemátodos (gusanos), un problema importante que afecta a la región.
Capital humano
El CEAF también servirá para incrementar el número de investigadores especializados.
“La región se ha visto perjudicada en su desarrollo científico y tecnológico por estar cerca de Santiago. Eso ha impactado en un retraso y falta de masa crítica, que ha dado como resultado una baja capacidad para competir en inversiones en materia de investigación e innovación”, reconoce Pinto.