Distrito de Innovación Biobío

EN CHILE HOY EXISTE UN PENSAMIENTO MÁS INNOVADOR Y HAY MAYOR FOCO Y PREOCUPACIÓN EN FOMENTAR LA COLABORACIÓN”

El proyecto Distrito de Innovación Biobío, financiado por el Gobierno Regional del Biobío a través del Fondo para la Innovación y Competitividad y ejecutado por la U. de Concepción, cuenta con el acompañamiento del Enterprise Innovation Institute de Georgia Tech. Una delegación de ese organismo visitó Chile recientemente, y su vicepresidente, David Bridges, conversó con Diario Financiero sobre los desafíos del ecosistema de innovación local y sobre lo que implica concretar un plan como este.

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Un nodo urbano emplazado en un área geográfica específica y diseñada para facilitar el desarrollo de innovación y emprendimiento es lo que se propone el Distrito de Innovación del Biobío, proyecto lanzado a finales de 2022. La iniciativa es financiada por el Gobierno Regional del Biobío, a través del Fondo para la Innovación y Competitividad (FIC-R), y ejecutada por la Universidad de Concepción, y además del talento local requiere de la experiencia internacional y del conocimiento de otros modelos que, eventualmente, puedan replicarse.

Por esa razón, el proyecto cuenta con el acompañamiento del Enterprise Innovation Institute (EI2) del Georgia Institute of Technology (Georgia Tech), responsable del diseño e implementación de Tech Square, un distrito de innovación ubicado en Atlanta, Estados Unidos, que ha permitido el posicionamiento de la ciudad como uno de los ecosistemas de innovación más activos y fructíferos de ese país.

David Bridges, vicepresidente de EI2 en Georgia Tech, estuvo de paso en Chile la semana pasada, en el marco de un seminario organizado entre ambas instituciones para compartir experiencias y discutir sobre los avances del proyecto. Lleva alrededor de ocho años colaborando con la Universidad de Concepción y en ese tiempo ha sumado muchas visitas al país, pero dice que en este viaje vio un verdadero cambio de mentalidad que atribuye a la pandemia, en una suerte de despertar de conciencia de todos los sectores que convergen en la configuración de un ecosistema de innovación como el que están levantando, que será basal para el desarrollo de todo el país.

En más de 20 años, Bridges ha sido testigo del nacimiento de más de 100 startups tecnológicas anualmente, generando inversiones corporativas y revitalizando el barrio de Midtown en Atlanta. Muchas de ellas ya alcanzaron el estatus de unicornio, o una valoración de más de mil millones de dólares. También ha acompañado emprendimientos de base tecnológica en 29 países, así que su visión es clave para avanzar en el camino que la Universidad de Concepción se ha trazado.

¿Cuál es el mayor reto que hoy enfrenta el ecosistema de innovación y de startups en el país?

En el camino de las startups para crear algo único y que resuelva problemas importantes, el acceso a mentores, financiamiento y redes de apoyo es clave para lograrlo y también para crecer. Ese es uno de los obstáculos que persisten en Chile, y es una de nuestras metas: apoyarlas para que tengan los recursos necesarios. Además, ya sabemos que son piezas fundamentales para el desarrollo económico de los países, que por lo general es impulsado por lo que en innovación conocemos como el modelo de triple hélice, es decir, las interacciones entre la academia, la industria y los gobiernos para fomentar el desarrollo económico. Las startups deberían ser el cuarto elemento de este modelo porque cuando crecen y se convierten en algo muy importante, son como los ladrillos que sostienen el ecosistema de innovación. Por eso es importante construir un entorno neutral y colaborativo donde puedan tener acceso a todo lo que necesitan, y es parte de lo que buscamos crear aquí en este distrito de innovación.

¿Ha visto cambios importantes en este último viaje?

En Concepción he notado una diferencia real en términos de visión y actitud. Veo que hoy en Chile la gente tiene un pensamiento más innovador, hay mayor foco y preocupación en fomentar la colaboración, hay mayor interés en ayudar al otro, en hacer que Chile sea un mejor país para su gente, y también hay más apertura para asumir riesgos mayores, todo porque simplemente no sabemos qué puede pasar mañana, entonces por qué no hacerlo ahora. Creo que es la suma de dos factores: la pandemia, que nos dejó aprendizajes muy valiosos y este componente psicológico tan potente de que la vida es finita, junto a un nivel de liderazgo local que es excelente y que realmente está empujando cambios para resolver los problemas de los chilenos.

Usted tiene casi una década vinculado al ecosistema de innovación local junto a la Universidad de Concepción, ¿qué es lo que más destaca de este trabajo?

Se ha trabajado mucho en torno a la extensión tecnológica para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a ser más eficientes y ayudarles también a hacer crecer sus negocios. Hay casos muy interesantes impulsados por IncubaUdeC, que el año pasado salió en el top 10 de las mejores incubadoras apoyadas por universidades a nivel mundial en el World Incubation Summit 2023, y eso nos enorgullece mucho. El trabajo con Gearbox UdeC también es muy destacable, pues funciona como la preincubación de proyectos de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería en el marco del proyecto Ingeniería 2030.

¿Qué puede aprender Chile de la experiencia de Estados Unidos y del resto de los países donde ha trabajado?

Tenemos un modelo que nos ha tomado más de una década perfeccionar y que hemos implementado en países de Centroamérica, Norteamérica y Sudamérica para acelerar el crecimiento de estos ecosistemas, y ahora lo estamos implementando en Europa. Con la perspectiva mundial que tenemos no queremos venir a decir “hagan lo que nosotros hicimos”, sino venir a contarles todo lo que hemos observado y medido durante estos años y, según eso, ayudarles a diseñar algo que se ajuste a la cultura local y a su comunidad, y que genere un verdadero impacto. Una de las cosas más importantes que hemos visto en la mayoría de los ecosistemas y distritos de innovación es que se necesitan años para que se desarrollen bien, entre 10 y 25, dependiendo del contexto. Al nuestro le tomó alrededor de 25 años, entonces diría que además de la colaboración, la clave es la persistencia y la paciencia, y en el camino es importante enfocarse en identificar las limitaciones, atacarlas y seguir avanzando.

 

 

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LinkedIn: Distrito de Innovación Biobío

Mail: contacto@dirbb.cl

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