El fabricante automovilístico Renault anunció hoy que
reducirá su plantilla en al menos 5.000 personas en Europa con salidas
voluntarias y congelación de nuevas contrataciones para hacer frente a la caída
de las ventas, y no descartó reducir capacidades si la situación se deteriora.
El director financiero de Renault, Thierry Moulonguet, fue
el encargado del anuncio de "un programa de supresión de puestos de
trabajo" que se pondrá en marcha después del verano y hasta mediados de
2009 y que afectará a "un mínimo de 5.000 personas".
El presidente de la compañía, Carlos Ghosn, fue más lejos y,
en una presentación a analistas de los resultados semestrales añadió que las
actuales capacidades de producción no se podrán mantener "si la situación
en Europa perdura", lo que hace pensar en la eventualidad del cierre de
fábricas.
"En este momento no podemos seguir diciendo" que
no habrá una "reestructuración" en Europa dado que sus productos, si
no se venden en el mercado en Europa no tienen salida en otros mercados a causa
del alto nivel del euro, argumentó Ghosn. "No nos gusta, pero habrá que
hacerlo", advirtió antes de precisar que hay ciertos proyectos para los
que todavía no se ha decidido una ubicación precisa, como la fabricación de
coches eléctricos o las baterías.
"Si se ve necesario, habrá que ajustar nuestra
capacidad de producción en contra de lo que dijimos cuando lanzamos el programa
Contrato 2009" en 2005, señaló.
Precios
Ghosn indicó que los precios de los coches van a subir una media
del 2% para repercutir la escalada de las materias primas, y que en los nuevos
modelos que se están comercializando, ya se integra un alza del 2-3%. El
impacto neto del encarecimiento de las materias primas ha sido de 76 millones
en el primer semestre del año y será de unos 350 millones para el conjunto del
ejercicio.
Respecto de su modelo estrella, el Mégane, también admitió
que las ventas han sido inferiores a lo previsto, y lo relacionó con el hecho
de que el vehículo estén llegando al fin de su ciclo en espera de la llegada de
la nueva versión, de la que se esperan vender "varios miles" en la
segunda mitad de este año.
Renault revisó a la baja su objetivo de ventas del programa
"Contrato 2009" para el año próximo, al dejarlo simplemente en
"por encima de tres millones de vehículos", en lugar de los más de
3,3 millones esperados inicialmente. La mitad de ese recorte se explica por
Irán, donde los problemas industriales (aprovisionamiento insuficiente y
dificultades para importar piezas) impiden responder a la demanda de los
consumidores, y la otra mitad al descenso del mercado europeo, y en particular
el español.
En términos de facturación, después de unos 42.000 millones
de euros este año, en 2009 la dirección de la empresa francesa calcula que se quedará
en una cifra "superior a 45.000 millones" pero muy por debajo de los
52.000 millones calculados inicialmente. Pese a todo, Renault confía en cumplir
sus objetivos de rentabilidad tanto este año (4,5% de margen operativo) como el
próximo (6%). En el primer semestre del año, el margen operativo fue del 4,1%
del volumen de negocios, frente al 3,5% del mismo periodo de 2007.