El 3 de enero se constituirá el consejo del Colegio de Abogados para elegir al nuevo presidente del organismo, en reemplazo de Héctor Humeres. Ello luego de la elección de diez consejeros en los que la lista "Gremiales por el Estado de Derecho" se impuso por lejos a las otras tres, quedándose con seis de los cargos en disputa.
El abogado Florencio Bernales Romero, socio Cariola Díez Pérez-Cotapos, es uno de los integrantes de la lista ganadora que resultó electo. Y en esta entrevista comenta acerca de los objetivos del sector, pero es cauto a la hora de referirse a quién podría reemplazar al actual presidente del colegio.
Además, este martes expuso sobre la libertad de asociación ante la Comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional y expresa su preocupación acerca del trabajo que realiza el organismo encargado de redactar la nueva Constitución.
-¿Cuál es la señal que se da con el resultado tan contundente de su lista?
-Naturalmente que estoy muy contento con el resultado, porque mi lista que es "Gremiales por el Estado de Derecho" resultó favorecida con una votación muy contundente. Creo que la señal que se da es que los abogados que votan por esta lista están muy preocupados del devenir jurídico de la profesión, particularmente, en cuanto al respeto del Estado de Derecho, pero también en cuanto a la certeza jurídica.
-¿Por qué?
-Porque la certeza jurídica es muy importante para que los abogados aconsejemos apropiadamente a nuestros clientes, teniendo la tranquilidad de que lo que les estamos aconsejando, recomendando, se va a respetar y va a ser un resultado más o menos predecible de lo que puede ocurrir bajo un determinado escenario jurídico.
-El 3 de enero se conforma el consejo y se elige el presidente del colegio, ¿quién reemplazaría en el cargo al actual presidente Héctor Humeres, lo han conversado?
-No, no es algo que hayamos conversado al interior de nuestro sector todavía. Sin duda, será la mejor persona que podamos escoger.
-¿Qué posibilidad existe de que la carta sea Ramiro Mendoza? Se lo pregunto porque fue quien obtuvo la más alta votación dentro de los 10 consejeros que se eligieron.
-Hay que tener claro que no se renueva todo el consejo, hay nueve consejeros que permanecieron; por lo tanto, no se puede hablar de una mayoría, respecto de los que no se renuevan. Efectivamente, Ramiro sacó la mayor cantidad de votos en esta elección, pero eso no es sinónimo de que vaya a ser el presidente. Es una muy buena alternativa, una persona súper reconocida. Pero, la verdad, es que es una alternativa más, como cualquiera de los consejeros de nuestro sector.
-En lo personal, ¿a usted le gustaría asumir ese desafío?
-En este momento tengo muchas otras obligaciones y creo que no tendría la disponibilidad de tiempo que se requiere.
-¿Qué le interesa promover a su sector para el próximo período?
-Lo más importante es el desafío de que las nuevas generaciones se colegien. Es una cosa sabida que las nuevas generaciones no se están colegiando y que rehúyen las afiliaciones. Yo he sido partidario ferviente de la colegiatura voluntaria; sin embargo, esta nos impone un desafío mayor, como colegio, para ser atractivo para las nuevas generaciones, para que formen parte de una entidad que tiene por objeto el desarrollo de la profesión y, en definitiva, la protección de los intereses de los abogados.
-¿Qué importancia le asigna, en ese sentido, a la visibilidad del colegio? ¿Habría que mejorar en ese aspecto?
-El colegio siempre tiene una visibilidad interesante; su voz es escuchada por las autoridades, por el Poder Judicial, por el Ministerio de Justicia, por los sectores políticos. Y, la verdad, creo que tiene una buena visibilidad. Siempre puede ser mejor, (pero) creo que la visibilidad que está faltando es, tal vez, la que decía antes, de hacernos visible ante los abogados jóvenes para que se colegien. Pero no como una cuestión de marketing, sino una cuestión concreta que los invite a colegiarse y vean que pueden obtener beneficios de formar parte de nuestra orden.
-¿Afecta al devenir del colegio como entidad gremial la llegada de Gabriel Boric a la Presidencia de Chile?
-No creo. El colegio no es una entidad política, en primer lugar es una entidad profesional. Por supuesto que el colegio siempre va a estar cercano al gobierno que sea, para contribuir en lo que corresponda para el desarrollo profesional y en los aspectos legales que son tan importantes en la vida de las personas y no sólo de los abogados. De las personas que se someten a la ley, que celebran un contrato y quieren hacer valer sus derechos. Sin embargo, si la autoridad comete un error o debemos representarle algo, el colegio lo va a hacer, como lo ha hecho con todos los gobiernos de todos los sectores políticos.
"Me preocupa el trabajo que está realizando la Convención"
-Usted expuso ante la Comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional, ¿qué planteó ante esa instancia?
-Fui a exponer en favor de la libertad de asociación, como derecho fundamental de la persona humana; en síntesis, que nadie puede ser obligado a formar parte de una asociación o una agrupación, para trabajar, para realizarse, para ningún efecto. En particular, me referí a la colegiatura voluntaria, que es la que debe acogerse en Chile, la que existe actualmente. Me opongo a la colegiatura obligatoria y di las razones por las que creo que debe imperar la colegiatura voluntaria. Particularmente, porque no veo por qué alguien debe estar colegiado o formar parte de una agrupación para ejercer la profesión y trabajar en una profesión que estudió, cumpliendo todos los requisitos que el Estado de Chile le impone. Tampoco logro entender por qué tendría que pagarle cuotas a una entidad, en este caso un colegio profesional, para ejercer mi profesión. Yo soy colegiado y creo en el Colegio de Abogados, pero también creo en la libertad de asociación.
-¿Qué recepción tuvo de parte de los integrantes de la comisión?
-Una recepción respetuosa, amable, hicieron las preguntas correspondientes y todo en un ámbito muy profesional y respetuoso de las opiniones de todos los expositores.
-¿Cómo ha visto, desde su mirada de abogado, el trabajo que está realizando la Convención?
-Me preocupa el trabajo que está realizando la Convención. Creo que las expectativas que se están levantando son desmedidas. Tratando de abarcar temas tan diversos, pueden generar decepción en la gente, que después se sienta engañada. Porque hay dos tipos de expectativas, una que quede plasmada en un texto constitucional una determinada idea; pero después, la segunda expectativa es que ese texto constitucional les dé una mejor vida y más bienestar a las personas y eso no va a ocurrir, necesariamente. Una cosa es que la Constitución consagre innumerables derechos y, otra, es si esos derechos y beneficios se van a ver en lo concreto. En Venezuela, por ejemplo, tienen las Constitución que consagra más derechos en todo el mundo y sobran comentarios de cuál es la realidad en ese país.
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