Aunque ha sido un histórico dirigente sindical de la estatal, tras más de 20 años Nolberto Díaz aterriza en la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) como director, rol que ya asumió entre 1998 y 2000. Con un lento ingreso, ya que -según dice, curiosamente demoró tras ser electo en febrero por los trabajadores como sucesor de Marcos Varas- asumió formalmente en la última sesión de directorio el 25 de abril. Y ya tiene tareas: participará en los comités de auditoría, gobierno corporativo, riesgo e integridad operacional y, además, presidirá el de sostenibilidad.
El nuevo representante de los trabajadores en ENAP asegura que es optimista de la conducción que se lleva adelante, pero advierte que los trabajadores “siguen esperando que se corrijan aquellas políticas que tanto daño nos hicieron en el pasado”. “Abrigamos la esperanza de que Julio Friedmann, acompañado del directorio presidido por Gloria Maldonado, puedan llevarnos a un buen destino”, afirma en su primera entrevista como director laboral.
“Los trabajadores siguen esperando que se corrijan políticas que tanto daño nos hicieron en el pasado”.
“Nuestro foco debe ir siempre en la lucha contra la corrupción por mayor transparencia, también hoy con un énfasis muy fuerte en asegurar refinación, logística, lo cual le da seguridad energética al país, pero incorporarnos al desarrollo de las nuevas energías”, asegura.
En concreto, que el foco esté en la seguridad energética, que significa mejorar la operación de ambas refinerías, mejorar la logística en Chile. Segundo, dice, “mantener nuestras reservas o reemplazarlas, pero mantener nuestra reserva de petróleo, que están no solamente en Magallanes, sino que en Egipto, en Ecuador y en Argentina”. Y, tercero, el desarrollo de nuevas tecnologías.
- ¿Cómo calificaría el momento que vive ENAP?
- Es un buen momento para la ENAP. Las utilidades han mejorado (...) y el ministro Marcel se ha comprometido que por cinco años el Gobierno no va a retirar utilidades de la ENAP con el objeto de que sus utilidades sean reinvertidas. Se le vienen a la ENAP dos o tres años muy buenos. Tenemos que aprovechar este veranito de San Juan para modernizar la empresa, actualizarla y en ese sentido soy muy optimista de que la conducción de Julio Fridmann, con el apoyo de un directorio independiente, llevará a mejor puerto a esta empresa y vamos a salir de esta senda oscura de la cual fuimos testigos los trabajadores y que se está revirtiendo aunque no sin dificultades.
- ¿Cuáles son los pendientes en ENAP?
- Hay un desafío muy grande en mejorar su logística y la operación de su refinería. Tenemos una situación compleja en la Refinería de Biobío. Algo un poco menos dramático sucede en la refinería de Concón, pero sigue siendo muy grave. Y hay una tarea que es construir un modelo distinto de relaciones al interior de la ENAP. Hay un clima laboral que fue dañado por muchos despidos arbitrarios que sufrimos en el Gobierno anterior y por las heridas que dejó la época de corrupción que encabezó Marcelo Tokman. Hasta hoy heredamos malas políticas de esos años que espero se corrijan pronto.
- ¿Hay un foco estratégico o de nuevos negocios que le gustaría impulsar?
- El gas es un negocio que la ENAP tiene que volver a retomar, no solo retomarlo como líder en lo que fue la generación de GNL Quintero, sino que también en el desarrollo de la producción de gas licuado, con la instalación espero en el futuro de envasadora de gas en la zona de Maipú, de Concón y de Concepción, Talcahuano y Hualpén. Si hay un tema que la ENAP tiene que profundizar, además del desarrollo de las nuevas energías, es el desarrollo de abastecer más de gas natural licuado al país, que fue el negocio que tuvo hasta el 2014 y que fue entregado a los privados. Casualmente eso coincide con el estudio de la FNE de colusión en el precio del GLP.
- ¿Qué rol debiese tener ENAP en el hidrógeno verde?
- La ENAP tiene la logística, experiencia profesional, competencias para desarrollar esto en colaboración con otros, ya que los montos de inversión que implica el desarrollo del hidrógeno verde están fuera del alcance de la sola decisión de una empresa pública como la ENAP. Se requiere de la cooperación con empresas transnacionales aun cuando el Estado sigue teniendo que jugar un rol muy preponderante en el mundo.
Contaminación en Quintero
- Tras años de investigación por la contaminación en Quintero, la justicia condenó a funcionarios. ¿Cómo lo ve?
- Hay que respetar los fallos de la justicia y aquí, sin embargo, ser la condena menor es una condena al fin. Tengo una opinión crítica de los ejecutivos que llevaron adelante los negocios oscuros del crudo iraní, del gerente de Refinería, Patricio Farfán, como también de los tres condenados. La ENAP tiene la obligación de ser muy transparente y tenemos que mejorar nuestros procedimientos. Pero tuvimos un período muy oscuro entre el 2014 y el 2018, que fue acompañado después de un período de impunidad que impidió que estas cosas se investigaran oportunamente. Abrigo la esperanza de que alguno de esos temas en los próximos meses vean correcciones y se mejoren.
- ¿Pero cómo afecta la credibilidad de la empresa?
- La ENAP no puede nunca eludir sus responsabilidades con las consecuencias que tiene nuestra operación, pero culparla de la contaminación de la población es un poco audaz e irresponsable. En la bahía de Quintero funcionan más de 16 industrias. Lo que habría que preguntarse es cómo se autorizó que ese sector se convirtiera en un lugar de sacrificio. Todas las empresas tienen que mejorar sus procesos de filtración de sus productos, pero además ser más transparentes. ENAP ha dado muestra de transparencia total en los últimos dos años, pero arrastra siete u ocho años de gestiones muy complejas.
- ¿Cómo cree que se dará la relación con los trabajadores, ahora que está en el directorio?
- Espero que podamos construir una relación con el conjunto de las organizaciones sindicales, que nos permita llevar adelante una gestión profesional e independiente de cualquier poder fáctico y económico y que permita servir bien a la población. No le pidan a los trabajadores que de un día para otro vuelvan a confiar en el Estado, porque lo que hemos visto en muchas ocasiones es que el dueño, el Estado, a veces está ausente. Hubo gente que le hizo mucho daño a la ENAP y que vino a servir intereses personales.
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