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Baja en expectativas y mayor riesgo de sectores medios amenazan el negocio inmobiliario

Eventuales restricciones crediticias y alza en el desempleo podrían afectar la clase media, el segmento de mayor volumen.

Por: | Publicado: Lunes 23 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por J. Isla y J.C. Prado



El sector inmobiliario ha tenido una serie de transformaciones en los últimos años. Si bien estos cambios se podrían convertir en los mejores aliados de la industria en caso de un contagio de la crisis europea, también expone a las empresas del sector a un escenario más vulnerable a episodios de debilitamiento de la economía.

Bajo este análisis, llama la atención la mayor cantidad de permisos de edificación de viviendas concentrados en comunas de clase media, sector que está más expuesto a los eventuales efectos de una debacle en el exterior.

Sin ir más lejos, el propio gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, Javier Hurtado, reconoce que el grueso de los proyectos inmobiliarios actuales va dirigido a ese segmento que va entre 1.500 y 3.000 UF, los cuales son más vulnerables a contexto de mayor desempleo y condiciones crediticias más restrictivas.

Ninguna de esas dos situaciones se ha visto hasta ahora. La tasa de desocupación continúa en niveles bajos (6,7%) y no hay señal que indique mayores restricciones en los créditos hipotecarios. Al contrario, la última Encuesta de Crédito Bancario del Central reveló que si bien existen mayores restricciones de oferta y demanda en las colocaciones, la única excepción a esa tendencia se ve en la demanda por créditos para la vivienda que mantienen condiciones estables.



Expectativas en baja


En junio, el Índice de Confianza Empresarial -que elaboran la UDD y DF- mostró que los empresarios del sector construcción redujeron marginalmente su confianza a un nivel levemente optimista.

Esto va en línea con las expectativas más cautas de los privados de este rubro, lo cuales confirman una desaceleración en las ventas para este semestre, en relación a los primeros meses del año. Tal situación llevaría a un crecimiento plano de la actividad del sector.

(ver páginas 10 y 11).



Otras de las amenazas es la escasa disponibilidad de suelos, factor más relevante en el progresivo aumento en los precios de casas y departamentos.

Respecto a esto último, el incremento en los valores no ha dejado a nadie indiferente. En el reciente Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central ya se advirtió sobre esta situación y los riesgos que podría traer para las empresas del rubro.

(ver páginas 12 y 14)


También han debido enfrentar un aumento en sus costos, situación que restringe el margen de maniobra de las empresas mitigar los efectos de una crisis. Los costos fijos son los que más complicarían a las firmas inmobiliarias.

(ver página 15)

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Cautela de los privados


Los ejecutivos y empresarios del sector todavía celebran el crecimiento de las ventas del sector durante la primera mitad de este año, más aún tomando en cuenta que 2011 ya fue un ejercicio récord en el cual las colocaciones de viviendas nuevas subieron en 20%.

Pero al mismo tiempo reconocen un escenario más complejo para los meses que vienen.

Por un lado, ven difícil mantener el mismo ritmo de crecimiento en un período en el que se esperan recibir los coletazos de la crisis europea en la economía mundial, sobre todo en el tema clave del financiamiento hipotecario. Por eso que las apuestas se inclinan por cerrar este año en niveles similares en ventas a los de 2011.

Asimismo, los privados advierten que la necesidad de contar con terrenos para asegurar la continuidad de sus proyectos en Santiago se estrella con una progresiva escasez de suelo disponible en un proceso agudizado por el estancamiento de las normativas que buscan incorporar nuevos territorios urbanizables a la capital.

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