El primer rascacielos de Santiago se renueva
Construido en 1921, el Edificio Ariztía fue por años el más alto de la ciudad, a pasos de la Bolsa de Comercio de Santiago y del Club de la Unión. Hoy, una firma del empresario Isaac Hites le está dando un perfil corporativo con tecnología de avanzada.
- T+
- T-
Es un símbolo de la calle Nueva York y del barrio bursátil en el centro de Santiago que se renueva para lucir incluso mejor que en sus tiempos de gloria: el Edificio Ariztía.
Concebido como un inmueble para oficinas en el corazón de la ciudad, fue construido en 1921 con estilo neoclásico francés y diseñado por el arquitecto Alberto Cruz Montt. Se le considera como el primer rascacielos de Santiago, ya que con sus 52 metros de altura, al frente de la Bolsa de Comercio de Santiago y a pasos del Club de la Unión, fue el más alto durante varios años.
Con una inversión de
US$ 15 millones, Inmobiliaria Edificio Ariztía, del empresario Isaac Hites, está llevando a cabo la restauración del edificio, en un trabajo con el arquitecto Andrés Orezzoli, para que se transforme en un edificio corporativo o que dos o tres empresas, como máximo, lo ocupen, dicen los responsables del proyecto.
El primer piso, además, estará ocupado por locales comerciales: Starbucks, Saville Row, chocolatería La Fete, Papelaria y, además, un restaurante que tenga el mismo perfil.
“Antes de la restauración el edificio estaba ocupado por oficinas de 50 diferentes usuarios. Eran oficinas chicas, de abogados, contadores, entre otros. La idea hoy es que el edificio no albergue a un montón de oficinas distintas, sino a una corporación”, dice Francisco Ramos, gerente Inmobiliario Edificio Ariztía.
Transformación completa
La idea central de los trabajos apunta a transformar completamente el inmueble, aplicando los máximos estándares constructivos de los edificios modernos actuales, manteniendo su carácter tradicional, pero moderno, de manera que se constituya nuevamente en un hito urbano dentro del centro de Santiago.
“El criterio máximo de la restauración del edificio fue conservar el aspecto exterior lo más cercano al origen del edificio. Es un inmueble de conservación histórica y no se podía innovar en esta materia. La remodelación contó con trabajo de archivo, se recurrió al archivo fotográfico de la Biblioteca Nacional y se mantuvo el edificio tal cual era en sus inicios. Incluso se rescató la carcaza y se restauró”, agrega Ramos.
En cuanto a la remodelación interior, el criterio que primó fue la utilización de tecnología de avanzada en cuanto a seguridad, ascensores, ventanas y otros elementos de la construcción.
“La idea es conseguir un edificio del más alto nivel tecnológico dejando intacta la tradición que lo hace único”, explica Ramos.
La empresa que va a ocupar el edificio aún no se define. Sin embargo, hay varios pisos comprometidos y el proceso de arriendo ya comenzó. Las obras de remodación del Edificio Ariztía van a estar listas en marzo.