Mayoría de empresas acogidas a Ley de Empleo ven complejo reintegrar trabajadores

La tasa de desocupación nacional se situaría hoy en torno al 20% si hipotéticamente todos los inactivos ingresaran a la fuerza de trabajo a la vez.

Mientras la tasa de desempleo medida por el INE se ubicó en 9% en el último trimestre móvil de febrero-abril, según el Banco Central, hay indicadores complementarios del mercado laboral que dan cuenta de un deterioro aún mayor.

El ente rector constata que la tasa de subutilización -que considera la fuerza de trabajo potencial- subió casi 10 puntos porcentuales respecto del mismo lapso de 2019, debido a que las personas que recientemente perdieron su ocupación abandonaron la fuerza de trabajo, ya que en su no mayoría están buscando un empleo en la actualidad. Por ello, si hipotéticamente todos ellos volvieran a hacerlo, la desocupación rondaría el 20%.

Más del 95% de quienes perdieron su ocupación en el último trimestre pasaron a la inactividad, y pese a querer un empleo no lo buscan porque las medidas sanitarias les impiden desarrollar labores remuneradas, y por el desaliento.

Más preocupante todavía, el banco efectuó una encuesta entre el 1 y el 8 de junio, entre 230 empresas de todas las regiones y sectores, que participan del Informe de Percepción Económica para tomar el pulso al mercado laboral. De ellas, un porcentaje alto de las firmas había realizado alguna desvinculación de personal desde marzo a la fecha, y un tercio de ellas estimó que sería permanente.

Mientras que algo menos de la mitad de quienes habían contestado se había acogido a la Ley de Protección al Empleo. Y de este grupo, la mitad advirtió que ve complejo reintegrar a sus trabajadores una vez que venza el plazo establecido en la normativa.

El BC espera que una vez que las medidas de contención sanitaria comiencen a ser removidas habrá un rápido aumento de los trabajadores por cuenta propia y de aquellos acogidos a la LPE, lo que les permitirá recuperar sus ingresos, aunque no por completo.

Pero, advierte que existen dudas significativas sobre el desarrollo futuro de la pandemia como del eventual grado de reasignación que experimentará la economía, que podría llevar a una mayor pérdida de puestos de trabajo, que haría más lenta la recuperación del empleo.