IPC de junio no calma los ánimos: inflación seguiría subiendo y vuelve al escenario posible alza de tasa de hasta 100 puntos la próxima semana
Si bien los precios subieron algo por debajo de lo previsto durante el sexto mes del año, el aumento del dólar traería malas noticias en julio y agosto.
- T+
- T-
Casi en una especie de espejismo se tradujo la variación de 0,9% que registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante junio. Porque si bien la cifra informada este viernes por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) fue menor a la prevista por el mercado -del orden de 1%-, el incremento anual pasó de 11,5% a 12,5%, su mayor nivel desde 1994, y todo indica que seguirá la escalada como consecuencia del aumento del dólar en el mercado cambiario local en los últimos días.
Pese a la sorpresa a la baja, el gerente de macroeconomía de Security, César Guzmán, advierte que los números del sexto mes siguen mostrando una persistencia de las presiones inflacionarias, con aumentos generalizados de precios, reflejado en el alza de 1% en la tendencia excluido los productos con valores más volátiles.
Preliminarmente, el economista jefe de Coopeuch, Felipe Ramírez, estima un alza mensual del IPC de 1,2% para julio presionado por los valores de la gasolina, paquetes turísticos, servicios de transporte interurbano y gas licuado, mientras que se esperan bajas en los limones, gasto común y naranjas. Y, ante este escenario -influido por la divisa estadounidense-, la entidad subió su pronóstico de inflación para fines de año a 12,4%. Esta proyección supera por lejos el 9,9% previsto por el Banco Central.
Desde Scotia estiman que la reciente apreciación de la moneda estadounidense inyectaría en torno a un punto porcentual más de inflación dentro de los próximos seis a 12 meses dado su carácter multilateral.
Impacto en las tasas
En ese contexto, anticipan que el Banco Central aumentará la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 100 puntos base en la reunión del martes y miércoles próximos. De ahí esperan un mensaje que aluda a un tono restrictivo de corto plazo, pero que “construya un corredor de tasa con bajas más pronunciadas hacia 2023 ante un menor impulso externo y deterioro de los términos de intercambio”.
De hecho, la entidad prevé una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 1% para 2023.
Para Ramírez, la reunión monetaria que se avecina “será más difícil de lo habitual”. Por un lado, el analista repara en que los últimos datos de actividad e inflación total han superado las estimaciones del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, complicándose más el cuadro de precios debido al alza del dólar. Y, por ende, en un marco donde considera que las expectativas de inflación ya se encuentran “desancladas”, cree que la TPM debiera seguir en su trayectoria de alzas.
Por otro lado, señala que el fuerte deterioro del escenario externo, el aumento de la precarización del mercado laboral y la caída de las confianzas “representan un shock genuino a la demanda agregada, lo que traería menores presiones inflacionarias de mediano plazo. Esto podría agregar una dosis de cautela en algunos miembros del Consejo” del ente emisor.
Así, espera un aumento de la tasa entre 50 y 75 puntos bases en la próxima reunión de política monetaria, donde los futuros movimientos dependerán de la nueva información que se acumule.
El economista jefe de Fynsa, Nathan Pincheira, estima que tras el IPC el Banco Central no modificaría su intención de aumentar la TPM en 50 puntos base en la cita de la próxima semana, llevándola a 9,5%. “No descartamos que luego de este movimiento pase a un sesgo neutral, con una indicación, de todas maneras, de que movimientos marginales se podrían ver en las siguientes reuniones. Pero creemos que el ciclo alcista de tasas estaría muy pronto a finalizar”, sostiene.