El miércoles, el Ejecutivo ingresó al Congreso el proyecto de reforma tributaria que “perfecciona la legislación a fin de financiar la reforma educacional”.
Con el proyecto ya en análisis por parte de los parlamentarios, el director del Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Dante Contreras, sostiene que el proyecto es poco ambicioso, considerando el discurso previo respecto a la necesidad de financiamiento de las necesidades educacionales del país.
- Hace un par de meses usted planteó que esta reforma sería austera. ¿Con los detalles ya conocidos mantiene este juicio?
- Exactamente y así ocurrió al final. Esta es una reforma sólo para decir que se hizo una reforma, pero el alcance de la misma va a ser más bien limitado en términos de impacto. Esto tiene varias dificultades, primero, fija un nivel de expectativas respecto a la misma que es bastante baja sobre a los efectos que finalmente podrá generar, al menos en materia de educación. Además, pone un freno a otras reformas.
- ¿A qué otras reformas se refiere?
- Dado que ya se aprobó esta reforma, si un próximo gobierno quiere hacer una reforma en educación sustantiva y requiere US$ 4.000 o US$ 5.000 millones es abrir un flanco, porque es poco saludable para los países hacer reformas a cada rato. Anticipo, tal como dije, que esta sería una reforma austera, que si en un próximo gobierno quiere hacer una reforma a la educación importante, los sectores más de derecha o probablemente los empresarios van a argumentar que ya se hizo una reforma y, en ese sentido, políticamente es muy complejo también. Además, no hay un proyecto claro de esta reforma tributaria.
- Pero el gobierno ha dicho que estos fondos sí tienen un objetivo claro y que son para mejorar la educación…
- Exacto, pero aquí viene la falta de claridad, porque la pregunta que debiera responder el gobierno es qué es lo que va a comprar con estos US$ 700 o US$ 1.000 millones adicionales, es decir, debe ponerlo en métrica. Lo que ellos deberían decir es que con estos recursos adicionales lo que se logrará es que cualquier niño de colegio vulnerable va a tener una educación similar a la de la Alianza Francesa, esto no lo hace y no está parametrizado. Con esta reforma se hace al revés. Es importante observar el argumento que reiteradamente plantea este gobierno -y los gobiernos de la Concertación también lo hacían- cuando hablan de no querer entregar recursos sin accountability, aquí es lo mismo. Estamos financiando US$ 700 millones y sería ideal saber cuánto me va a rendir ese dinero, eso no lo hemos escuchado decir al ministro Larraín y tampoco al ministro Beyer.
- En un principio, el ministro Larraín descartó esta reforma, luego habló de un perfeccionamiento y finalmente se envió una reforma tributaria, ¿es preocupante está falta de claridad desde el gobierno?
- Es una reforma llena de guiños, con el tema verde, la rebaja al impuesto de timbres y estampillas y se anunciaron como “pro crecimiento”, pero hasta la gente de Libertad y Desarrollo dijo que esto no es “procrecimiento”. Está llena de guiños, pero sin convicción, está hecho a las necesidades del consumidor, es un poco para todos lados. El gobierno debiera decir que va a ser un proyecto social de envergadura, que va a recaudar y que lo paga un grupo de gente, eso es pisar callos, eso es entrar con convicción y después se verá si lo votan a favor o en contra. Aquí falta de todo para tener convicción, porque no hay una agenda final. Esto me sorprende. Creo que aquí el ministro Larraín no hizo un buen trabajo, porque debiera ser un ministro con convicción, con norte, con sueño país. Hubiera preferido que esta reforma la hubiera realizado el ministro Beyer, creo que hubiese resultado mejor. Estoy seguro de que si le hubiesen dado la potestad al ministro Beyer de hacer esta reforma, pensando en educación, hubiera logrado algo mucho más ambicioso. De hecho, si se observa el proyecto de ley que financia la reforma educacional, es claro y conciso.
- Se menciona que la reforma es para la clase media...
- Qué es la clase media acá, qué se entiende por clase media. Entonces cuando la mayoría de la gente en este país todavía tiene suledos de alrededor de $ 300 ó $ 350 mil al mes, qué es la clase media. Eso es el promedio. Entonces, Chile todavía tiene un nivel de distribución de ingresos súper desigual, extremadamente desigual, por lo tanto, una reforma de esta magnitud no le va a cambiar la cara a esos niveles de desigualdad. Cualquier indicador de desigualdad no se va a ver golpeado significativamente por recursos de esta envergadura.
- Pero se dice que esta reforma ayudaría a mejorar la desigualdad…
- No tiene cómo hacerlo, una reforma de esta magnitud sólo mejora los ingresos por tramos a las personas de altos ingresos y mantiene la situación a las empresas, por lo tanto, las personas de altos ingresos están igual o mejor que hace un rato atrás. En ese sentido, no debiera mejorar.
- Pero con lo recaudado, ¿no debiera ser un cambio significativo para las personas de bajos ingresos?
- Esto sería la otra manera de mejorar la desigualdad, afectando la parte superior de la distribución de ingresos o la parte de abajo. Respecto de la primera sólo sabemos que se va a gastar en educación, pero no se ha dicho cuántos puntos más Simce se conseguirá en los colegios vulnerables, cuántos puntos PSU ganarán los colegios vulnerables, por lo tanto, no sé cuánto más le va a mejorar a las personas de mayor vulnerabilidad.
-¿Será recordado este gobierno por esta reforma?
- No, esta reforma no va a marcar la historia del país, este no es un antes ni un después como la reforma previsional, esto no va a ocurrir.