Ni Monckeberg ni Vallejo: Panel UC revela alto desacuerdo con reducción de la jornada laboral
El 59% de los 40 profesionales consultados considera que la medida no sería una buena política pública para Chile en la actualidad. El rechazo es más categórico entre economistas del grupo.
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Vertiginoso, quizás por los protagonistas que involucra -como son el gobierno y el Partido Comunista-, se ha vuelto a ratos el debate sobre las propuestas para reducir las horas de trabajo en Chile. Y, al mismo ritmo, la discusión de si deben ser 40 o 41 -frente a las 45 horas actuales- comienza a sumar críticos. La semana pasada fueron dirigentes empresariales y sindicales y ahora los 40 profesionales que componen el Panel de Políticas Públicas de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.
La medición que realiza la entidad académica de forma mensual desde principio de año -en conjunto con T13Radio y Diario Financiero-, reveló esta vez un alto rechazo a la reducción de la jornada laboral, bajo la pregunta de si dicha medida es una buena política pública para Chile en la actualidad.
Ante esta interrogante, las respuestas de los especialistas en estas materias, de diversas especialidades, tendencias políticas y experiencias, fueron desalentadoras tanto para el Ejecutivo como para las diputadas Camila Vallejo y Karon Cariola.
Un 59% de los consultados estuvo en desacuerdo o muy en desacuerdo con que la aprobación de que se trabajen menos horas sería positivo para el país.
En la otra vereda, un 29% manifestó que sería bueno para Chile disminuir la jornada laboral. Así, el 13% restante expresó una opinión neutra en relación a la problemática.
Al desglosar estos resultados, los economistas son los más categóricos para rechazar la medida, mientras que los demás son en promedio neutrales. Y el tinte político también es notorio y esperable: los consultados de centro derecha están en contra, mientras que los de centro izquierda marginalmente a favor.
El profesor de la Escuela de Gobierno UC y exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, manifestó que los resultados del panel “demuestran lo complejo que es este tema” y complementó diciendo que “una discusión que no vea los efectos colaterales de todo lo que estamos discutiendo, es bien arriesgada”.
Algunos de los argumentos que más se repitieron entre los panelistas que no creen que la reducción sea positiva fueron que los costos podrían incrementar para las empresas, la heterogeneidad del mercado laboral, que flexibilizar las jornadas es más prioritario y que la gradualidad en la implementación sería un requisito mínimo.
También el contexto fue determinante para los rechazos, pues dada la baja productividad que se ha alcanzado este año, sumada a la incertidumbre de la economía global generada por la guerra comercial y la alta cantidad de proyectos en materia laboral que deberá tramitar el Congreso, se agregaron a los motivos para que los expertos no consideraran una prioridad en la actualidad.
En cambio, el alto porcentaje de la población que padece algún problema de salud mental fue la razón que más repitieron quienes consideran que sí se deberían trabajar menos horas.