Gobierno ahora propone jornada de 41 horas para no perder protagonismo en el debate laboral
Indicación con nueva propuesta ingresará en los próximos días. Se analiza gradualidad para las PYME. El Ejecutivo apunta a salvar el concepto de flexibilidad y evitar el costo político de vetar el proyecto de Camila Vallejo.
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Una sorpresiva jugada activó ayer el Gobierno en un intento por contrarrestar la arremetida de las diputadas del PC, Camila Vallejo y Karol Cariola, con su propuesta de reducir la jornada laboral de 45 a 41 horas.
La primera señal la dio temprano el propio presidente de la República, Sebastián Piñera, quien expresó su desacuerdo con la iniciativa, que en las últimas semanas tendió a opacar su propio proyecto de adaptabilidad laboral. Uno que ya asumía también menos horas de trabajo -aunque bajo la lógica mensual-, pero que le agrega el componente de flexibilidad.
De avanzar la idea opositora, advirtió en entrevista con Emol TV, presentaría un veto ante el Tribunal Constitucional (TC).
Un escenario que, al parecer, en La Moneda se quería evitar, dado el riesgo de generar tensiones en su sector, donde hubo cierto eco a la idea de reducir los días trabajados.
El mismo senador Manuel José Ossandón escribió ayer en Twitter que “nuestro bloque desprecia el proyecto #40horas sólo por ideología de su creadora Camila Vallejo”, agregando que el gobierno “debe sentarse con ella, adaptar y flexibilizar”. Esto se sumó al apoyo que otros parlamentarios de Renovación Nacional dieron públicamente a la propuesta de Vallejo, como la diputada Francesca Muñoz y Gonzalo Fuenzalida.
Ante esto, a las dos de la tarde, la convocatoria de prensa del ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, sugirió la segunda parte de la puesta en escena del Gobierno.
“Le pondremos suma urgencia al proyecto de adaptabilidad laboral (...) y al mismo tiempo, le incorporaremos una indicación para establecer una jornada semanal de 41 horas que viene a reemplazar la de 45 horas semanales actuales”, anunció Monckeberg.
Atrás quedaba la estrategia inicial del Gobierno de reforzar comunicacionalmente -con un intenso despliegue en radio y TV- que su proyecto de adaptabilidad laboral también incluía formatos de jornada laboral con menos horas que las actuales (4x3 y la bolsa de 180 horas mensuales), la cual evidentemente no tuvo eco en las encuestas.
Prueba de ello quedó registrado en la última versión de la encuesta Plaza Pública de Cadem, la cual arrojó que el 74% de los consultados dijo estar de acuerdo con el proyecto.
Sin embargo, el Ejecutivo también tiene datos a su favor, un sondeo de la UDD arrojó que un 65% de los entrevistados se mostró partidario de la reducción pero de la mano de flexibilidad laboral.
De acuerdo a conocedores de las conversaciones, dicha estrategia el Gobierno la estaba analizando hace cerca de 10 días, ya que no querían “perder” visibilidad en el debate, pero defendiendo su bandera de lucha: la flexibilidad laboral.
“Desde el primer momento nosotros hemos sido partidarios de rebajar la jornada laboral, pero hay dos formas de hacer una reducción; manteniendo toda la rigidez o introduciendo flexibilidad laboral”, declaró ayer el ministro Monckeberg.
El pilar: la gradualidad
Monckeberg explicó que la reducción de la jornada laboral propuesta “será gradual”. Y si bien declinó dar detalles exactos de dicha gradualidad, aseguró que se implementará en un periodo mayor a cuando se implementó la reducción horaria aprobada en 2001, la cual finalmente se concretó en 2005.
“Nos ha pedido el Presidente de la República que la gradualidad de esta indicación va estar enfocada en proteger el empleo, particularmente de las pequeñas y medianas empresas”, dijo Monckeberg, asegurando que “definitivamente la gradualidad será mayor a la implementada el año 2005, porque son más años y porque la situación hoy día es completamente distinta”.
¿Cuántos años podrían ser? fuentes cercanas a la cartera aseguraron que se está analizando una gradualidad de cinco años, los que en el caso de las empresas de menor tamaño podrían llegar a ser siete.
Las 41 horas semanales se medirán de forma trimestral, explicaron fuentes, por lo cual un trabajador podría hacer 43 horas una semana y a la siguiente 39. El promedio en tres meses no puede superar las 41 horas.
Con respecto a cuándo ingresará la indicación con la nueva indicación, el ministro declinó dar una fecha exacta, pero dijo que será en los próximos días. ¿Y la suma urgencia comprometida? “prontamente” de acuerdo a Monckeberg, el problema, es que la comisión de Trabajo del Senado -que es donde está radicado hoy el proyecto- es la misma que está discutiendo la propuesta de Sala Cuna Universal.