Clapes UC propone nueve ajustes al sistema de capacitación local
Centro de estudios plantea modificar la “arquitectura institucional” y el mecanismo de financiamiento.
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“Un sistema de capacitación para un mercado laboral 4.0”. Así se titula la propuesta del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la UC (Clapes UC) para reformar el sistema de capacitación nacional.
El documento, elaborado por los investigadores Juan Bravo, Hans Schlechter y Agustín García, aborda dos dimensiones: reformular la arquitectura institucional del sistema de capacitación y formación continua; y modificar los mecanismos de financiamiento para dar acceso efectivo a los trabajadores a capacitaciones “con un impacto positivo en empleo y salarios”.
En este marco, la primera recomendación se refiere a un marco de “cualificaciones nacionales” integrado y en permanente actualización que de cuentas de determinados estándares de capacitación; la segunda a crear un Consejo de Competencias, entidad que recolecte las necesidades de la industria y las traspase al sector educativo; mientras que en tercer orden se propone una nueva Agencia de Calidad de la Educación para la Formación Técnica Profesional y Capacitación, que velará por los estándares de formación en la capacitación impartida por los Organismos Técnicos de Capacitación (OTEC).
En el cuarto punto, proponen una reforma “profunda” a los programas de capacitación y modificaciones a los OTEC, ajustando los contenidos, duración y formatos de los cursos, ampliando su giro a la intermediación laboral.
Franquicias tributarias
Los investigadores apuestan por modificaciones sustantivas al Sistema Nacional de Certificación de Competencias (denominado ChileValora), estableciendo reconocimiento legal a las cerificaciones que entrega.
La sexta sugerencia apunta a cambios en la franquicia tributaria, con un copago máximo del 10%, el cual se rebajaría a 0% si la capacitación es consensuada con el comité bipartito de capacitación. Adicionalmente, se apunta a ampliar los segmentos no cubiertos por la franquicia tributaria, creando un fondo para formación y capacitación continua.
El informe cierra con dos ideas adicionales. Una, es modificar los Organismos Técnicos Intermedios de Capacitación (OTIC), dividiendo sus actividades en dos segmentos: el primero, gestión de recursos financieros; mientras la otra es realizar el trabajo de asesoría e intermediación.
La última se relaciona con flexibilizar el uso del Seguro de Cesantía para complementar “parcialmente” la remuneración de los trabajadores cuyos empleadores les otorgan un permiso para capacitación.
“Nuestro sistema de formación continua adolece de varios problemas. No hay un mecanismo institucional que permita integrar los requerimientos del sector productivo a la oferta formativa, debido a la fragmentación y dispersión de esfuerzos inconexos en el sistema”, señala Juan Bravo.
Para Agustín García, responder a la exigencia de aprendizaje continuo que imponen los nuevos tiempos es “imposible si no hacemos una reforma profunda a nuestro sistema de capacitación, que permita a quienes se forman proyectar y transitar por sendas formativo-laborales ascendentes”.
Hans Schlechter señala que cualquier cambio en el sistema debe incorporar que los trabajadores pertenecientes a niveles de ingresos medios son los que tienen “mayores probabilidades de ser reemplazados por la tecnología, así como los de mediana y baja calificación tienen un mayor riesgo que los de alta”.