Alfonso Swett: “El mundo laboral requiere acuerdos que nos den estabilidad a largo plazo”
El empresario recalca que “siempre es mejor hablar de agendas laborales más que de reformas a reformas”.
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Como un programa “ambicioso pero realista” califica Alfonso Swett la hoja de ruta laboral que ha planteado el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera. Desde la tribuna que le ofrece haber trabajado en esta área del equipo del expresidente de la República, el empresario destaca la oportunidad de hacer que el “próximo cobre de Chile sea su capital humano”.
Se trata de superar el tema de las reformas, de las retroexcavadoras. Su invitación es a dialogar y construir sobre una agenda que apunta a generar más y mejores empleos, modificar el sistema de capacitación, y asegurar el acceso a salas cuna, entre los tópicos principales.
“Esto es muy relevante para nosotros porque el mundo laboral ante todo es una realidad tripartita, están los trabajadores, las empresas y el Estado y todas sus instituciones. Somos de la visión de que esto no se trata de desnivelar o nivelar canchas sino de cómo entre todos jugamos en un mismo equipo, en una misma cancha”, resalta.
- Y si no son reformas, ¿se trata de ajustes al mercado laboral?
- Más que hablar de ajustes, prefiero hablar de una agenda laboral que se hace cargo de problemas que hay en ese mundo y, más que problemas, le llamaría desafíos profundos. Tenemos no solamente desafíos con el libro IV del Código del Trabajo, sino que también con las mujeres, los jóvenes, con la tercera edad, con el tipo de empleo, con el tipo de trabajador, con el futuro.
Pero también queremos mirar esto como oportunidades. Hemos desarrollado agendas laborales bastantes acuciosas y realistas, pero entendiendo que el mundo laboral requiere acuerdos y acuerdos que nos den estabilidad a largo plazo.
Tenemos que ser súper responsables con el bien común. No solamente para los actores que hoy están sino para de las próximas generaciones. Y para uno poner arriba de la mesa un concepto tan profundo como el bien común, requiere un diálogo verdadero. Y el diálogo verdadero tiene dos requisitos: uno, no creerse dueño de las verdades ni dueños de las agendas. Porque si te crees dueño de las verdades y dueño de las agendas, lo único que hace es que al otro lo pones en una posición defensiva.
- ¿Y ese fue el principal error de este gobierno: hacerse dueño de las agendas?
- Honestamente, en el tema particular de reforma laboral prefiero constatar un hecho más que dar un juicio de opinión: cuando termina la reforma laboral ninguno de los actores quedó contento.
Entonces, no se produjo esta mirada tripartita, que es la realidad del mundo del trabajo.
El concepto del diálogo no es darse tiempo para que tú me escuches y después yo te doy tiempo para que yo te escuche. No es eso. El diálogo requiere una actitud mucho más grande. Requiere una cosa muy profunda que es estar dispuesto a dejarse convencer. Y es por eso que nosotros preferimos hablar de agenda laboral antes que de reforma laboral. No queremos, en definitiva, más retroexcavadoras o retroexcavadoras de retroexcavadoras.
- En términos legislativos, ¿una ley corta para aclarar la situación de los grupos negociadores puede ser la primera acción en caso de ser gobierno?
- La primera medida es abrir la agenda a todos los actores. Es muy importante en el mundo del trabajo la labor que uno debe realizar en lo prelegislativo. Siempre es complejo cuando los tres actores se enfrentan a un proyecto nuevo en el Congreso.
- ¿Pero no vienen a derribar lo que se avanzó? Parte de las inquietudes de la CUT es perder derechos que fueron adquiridos…
- La CUT es un actor súper relevante, hay que invitarla a no tener susto, a entender que el mundo del trabajo nos necesitamos unos y otros. Claramente, en la reforma quedaron vacíos y hay un tema que no es menor. Si se mira el tema de los grupos negociadores, nosotros necesitamos un Código Laboral inclusivo, en el que quepan y estén incluidos los trabajadores que quieran negociar en grupo.
- ¿Pero uno de los caminos puede ser aplicar “por analogía” el procedimiento de los sindicatos a los grupos?
- Uno no puede cometer el error de decir ‘este es mi programa, es la Biblia y la implemento’. Lo que uno debe hacer es prepararse para construir un acuerdo que beneficie a todas las partes en donde la mirada generosa sea con el bien común.
- ¿Pero no tienen definido de por sí que vía ley esto puede ser más factible?
- Siempre es mejor una ley que un dictamen porque el dictamen tiene que interpretar la ley. Ese es el rol de un dictamen. No hacer una ley. Entonces, lo que es importante es que el Código Laboral en su fondo y forma recoja este derecho que tienen los trabajadores a poder negociar en grupo, pero tenemos que transformar ese derecho en un proceso y tenemos que acordar ese proceso con todos los actores.
- En materia de servicios mínimos se busca mejorar el concepto legal. ¿Se ampliará el concepto?
- Cuando dicen que solo el 18,8% de las empresas que podrían haber requerido servicios mínimos efectivamente lo hizo, aquí tenemos un desafío. Esto no se está entendiendo o esto no se valora. Hay una mezcla de las dos.
Claramente, lo que tenemos que ver es cómo nos hacemos cargo de los servicios mínimos, que son para garantizar el derecho a huelga de los trabajadores que están en huelga, pero también debemos garantizar el derecho al trabajo de los trabajadores que no están en huelga. Necesitamos un equilibrio.
- ¿En qué consistirá la modificación a la franquicia tributaria Sence?
- El sistema de capacitación no es inclusivo, no es útil, no es valorado, no es justo ni tampoco de futuro, por lo que requiere de una cirugía mayor. Queremos una capacitación de habilidades sistémica, continua, inclusiva y valorada.
Queremos proponer cuatro pilares para este nuevo sistema: marco de cualificaciones único y global; modificación de la misma franquicia; capacitación para cuenta propia y pequeñas empresas y reconversión laboral sin partir de cero para clase media.
¿Será ministro?
¿Está disponible para ser ministro del Trabajo?
- He estado disponible para trabajar en el programa.
- ¿Pero para ser ministro?
- No necesariamente los que hacemos el programa podemos ser los mejores para implementarlo. No es el minuto de buscar postulantes sino de centrarse en el programa.
Sala cuna: en las firmas grandes y medianas será de cargo del empleador
El programa de Sebastián Piñera para los cuatro años de gobierno tiene un costo de US$ 14.000 millones. En el área laboral, precisa Swett, la cifra incremental es de US$ 848 millones, lo que se compone principalmente en US$ 536 millones para capacitación y reconversión laboral y US$ 312 millones para acceso a sala cuna a todas las mujeres trabajadoras con cargas menores a dos años y padres con empleo que tengan la tuición de sus hijos.
El financiamiento provendrá de reasignación de recursos y rediseño de programas mal evaluados, como por ejemplo, la franquicia tributaria y el Más Capaz.
Ante el compromiso de tener nueve millones de personas ocupadas hacia fines del mandato, Swett explica que ello implica un crecimiento anual del empleo de 2,2%. "Si hoy tenemos 8.290.265 personas empleadas, estamos hablando de 182.000 empleos nuevos promedio al año, o sea, más de 700.000 empleos nuevos", agrega.
En cuanto a las remuneraciones, el integrante del equipo laboral del candidato de Chile Vamos indica que hay en torno a diez medidas que buscarán con "responsabilidad" incrementar las remuneraciones en forma significativa.
Lo anterior, implica una expansión promedio del PIB promedio de 3,6%.
En el caso de la sala cuna, el financiamiento dependerá del tamaño de empresas sobre la base de sus ventas y no de su número de trabajadoras.
Así, en las medianas y grandes empresas el 100% será a cargo del empleador, mientras en las pequeñas se resolverá con un sistema mixto y en las micro (ventas máximas de 200 UF) será financiado con recursos fiscales.