Gobierno solicita evaluar aplicación de salvaguardias a maíz argentino

Por Gonzalo Cerda



Una investigación de oficio para establecer medidas de salvaguardia en el mercado del maíz y sus sustitutos solicitó ayer el ministro de Agricultura, Luis Mayol, tras el llamado que realizó la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) a monitorear las denominadas “distorsiones” en el mercado del país.

En marzo recién pasado, la entidad gremial presentó ante la Comisión Nacional de Distorsiones de Precios, un requerimiento para la aplicación de sobretasas de un 18% para el maíz partido; un 23,7% para las mezclas alimenticias con más de 20% de este grano; y de 13,5% a la carne de ave proveniente de Argentina. “Hemos solicitado una investigación de oficio para establecer medidas de salvaguardias ya que nos encontramos en plena cosecha de maíz en Chile. Hay 140 mil hectáreas sembradas y alrededor de 5 mil productores que en este momento están sufriendo un daño muy importante por las importaciones desde Argentina de maíz partido y maíz grano en gran magnitud”, sentenció Mayol.

Según explicó el secretario de Estado, durante el primer trimestre del año se observan aumentos considerables en las importaciones. En el caso del maíz partido, las importaciones aumentaron 120% respecto de igual período de 2011, en tanto el maíz de grano vio incrementada las importaciones en un 30%. “Las plantas de acopio están prácticamente colapsadas, hay una imposibilidad de recepcionar maíz de los productores nacionales (…) la proyección de estas importaciones nos haría llegar a volúmenes de excedente de maíz de aquí a fin de año”, acotó Mayol.

Para el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo la decisión del gobierno refleja la “delicada situación que enfrentan los productores nacionales”. Respecto del aumento en las importaciones de maíz partido, Crespo señaló que “esta situación explica que la industria nacional está abastecida con maíz partido (extranjero), razón por la cual no están comprando la cosecha nacional, presionando así para que nuestro productores acepten un precio inferior al nivel que tiene el maíz partido argentino, que ya es al menos 20% más bajo que el costo alternativo de importar maíz grano. Esta pretensión es ilegítima por ampararse en una grave distorsión del comercio bilateral”.