No le gusta que se refieran a él como "cura comunista", porque afirma que no se trata de ideologías. "Yo soy discípulo de Cristo, eso es lo único que soy", dice Fernando Montes en su particular tono sereno. Y como tal, explica que siempre defenderá la inclusión social. Y precisa que en el arduo debate que ha suscitado la reforma educacional, la clase política debe luchar por acabar con "la tremenda segregación que existe en Chile".
-¿Qué puntos del proyecto debieran corregirse en el Senado?
-No entiendo porqué los colegios bicentenarios podrán seguir seleccionando. Es una contradicción porque el gobierno dijo claramente "no a la selección". No se puede descremar a los colegios pobres para llevarse alumnos a liceos de excelencia que muestran buenos resultados discriminando a los pobres. Más vale mejorar el colegio vulnerable y hacer de él un colegio que compita con el Instituto Nacional.
-Entonces la reforma debiese terminar con los liceos emblemáticos.
-Obvio, pues. Pero los van a defender porque cuando nos tocan intereses, todos se defienden con palabras bonitas.
-El cardenal Ezzati y otras autoridades eclesiásticas defienden la selección y a los liceos emblemáticos, levantando el mismo argumento que la Alianza y la DC, de que esos colegios generan movilidad social.
-Esa movilidad que dicen que generan los emblemáticos destroza al país, porque es simplemente generar movilidad por segregación, dejando a un lado a los más pobres. Hay que pensar el bien común desde la perspectiva del más débil, así que cuidado con un tipo de segregación que genera un positivo desastre social.
-Entonces en la Iglesia existen posturas divididas por educación.
-Desconozco que monseñor Ezzati haya expresado esa idea de los emblemáticos, pero si ese fuese el caso, ni él (Ezzati) ni yo dejamos de pertenecer a la Iglesia.
-¿Considera que esta reforma debiese afectar al 7% que asiste a colegios particulares pagados?
-Es que si la reforma educacional no afecta con sabidusría a los colegios particulares pagados, no es verdaderamente una reforma global. La situación de los colegios particulares nos pone un problema como país. De esos poquitos colegios sale el 80% de los directivos de las empresas y es muy complicado integrarnos con ese fenómeno. Y la solución no es que un 30% de muchachos de La Pintana vaya al colegio del barrio alto, sino que en La Pintana haya un colegio de la misma calidad que el colegio de arriba. Lo demás son parches.
-Se argumenta que el gobierno no puede cambiarle las reglas a los colegios privados, porque no reciben financiamiento estatal.
-El colegio particular pagado no recibe dinero del Estado, pero el Estado tiene la responsabilidad de velar por el bien común del país. Y si hay elementos distorsionadores de la homogeneidad cívica, tienen que ser encarados por el Estado. Si una persona de muchos medios decide abrir un colegio particular pagado para educar a las niñas en cocina y costura, el Estado tiene la obligación de decirle "señora, enseñe cocina, pero tiene que enseñar también historia, matemática y castellano".
-Entre los colegios privados existen muchos establecimientos católicos, que son exclusivamente de público ABC1, ¿qué piensa al respecto?
-Que tenemos que reflexionar muy seriamente. Gradualmente hay que generar una apertura de esos colegios. Por la formación que tienen esos alumnos, tendrán funciones importantes en el país y no pueden ser reproductores de una situación tan injusta como la actual en Chile. Esto no es comunismo ni nada, es la mirada de conjunto del bien común. Tiene que haber una política agresiva para evitar que personas se encierren en un claustro, en un mundo cerrado y pequeño.
-¿El gobierno estaría incumpliendo su promesa de transformación si la reforma no afecta a los privados y no termina con los liceos emblemáticos?
-El político tiene que tener la habilidad de hacer posible lo que parece imposible. El país necesita una educación más homogénea, donde los pobres no estén recibiendo algo de última calidad, y todos los esfuerzos deben estar enfocados a eso. En Chile tuvimos la experiencia política del "avanzar sin tranzar", que nos llevó a un régimen militar. Es muñeca política no bajar los ideales y crear las condiciones para los pasos que queremos dar.
"el texto de la conferencia episcopal respaldó la reforma"
-¿Comparte las críticas a la reforma que hizo la Conferencia Episcopal en el texto que difundió?
-Si me pidieran decir en una palabra el contenido del texto, es apoyo y no oposición al proyecto. Algunos medios titularon equívocamente, porque la conferencia respaldó la reforma. En el marco de ese apoyo, es prudente que los obispos hablen de diálogo y gradualidad.
-Pese al apoyo, hacen algunas advertencias.
-Sí, y al igual que la conferencia, lamento que no conozcamos la agenda global de la reforma, eso genera gran incertidumbre. Además, hay peligro de que se enardezcan los ánimos y que no lleguemos nunca al contenido cualitativo de la reforma.
-¿Cree que la Iglesia ha sido escuchada?
-Sí. Pero es muy importante que si el ministro dice una cosa y se acuerda algo en un reunión con la Iglesia, eso se refleje en los pasos siguientes del ministro, porque si no, obviamente que la gente se crispa.
-¿La Iglesia debiese siempre ir más allá de buscar soluciones sólo para sus colegios?
-Sería un gravísimo error que la Iglesia defendiera sólo sus propios intereses y derechos y no aceptara con lealtad restricciones que le puedan poner en función del bien común. La Iglesia debe mantener una mirada de conjunto y no sólo de sus instituciones.