El legado de Andrés Aylwin, el hermano combativo del expresidente
Abogado, exdiputado DC y defensor de los derechos humanos y la verdad, fallece a los 93 años acompañado de su familia
- T+
- T-
– Si usted tuviera la posibilidad de volver atrás, ¿haría la misma ruta que siguió?
– Sin lugar a dudas.
Hace tres años, al cumplir los 90, Andrés Aylwin Azócar abandonaba su silencio público para repasar su vida y compartir su parecer sobre el escenario chileno. Pensaba que “el mundo político había perdido sus sueños”, pero reivindicaba el valor de la política. “Sin el prestigio de los partidos, del gobierno y de las instituciones, es imposible generar el cambio social por el que tantos hemos luchado durante toda la vida”.
Andrés Aylwin era un Humanista. Sensible ante el dolor ajeno, delicado y austero, en los últimos años había tomado la decisión de retirarse de la escena pública y mantener una discreta vida en su departamento de Providencia, cerca del colegio San Ignacio, donde se recluía el invierno completo para escapar de las bronconeumonías que lo atacaban con frecuencia desde su juventud. El sabio se había retirado de la ciudad, pero se mantenía totalmente lúcido y atento al devenir del país, como hasta los últimos días de su vida. Hace años esperaba con tranquilidad la muerte –en 2012 una enfermedad respiratoria lo atacó con fuerza–, pero no estaba conforme con lo que observaba fuera. Se advertía en sus palabras la frustración con Chile, porque había tenido la secreta esperanza de que cuando “cumpliera 90 años iba a vivir en un mundo más justo y feliz”.
Electo parlamentario por el distrito de San Bernardo en 1965, 1969, 1973 y, después del régimen militar, en 1989 y 1993, rechazó en varias ocasiones transformarse en senador. Jamás aceptó invitaciones de viajes al extranjero y acostumbraba a llegar en transporte público al Congreso de Valparaíso. Andrés Aylwin era un hombre bueno –como reconocen transversalmente en el mundo político, desde la UDI al Frente Amplio–, pero a no confundirse: no era un pasivo. Tercero de los cinco hermanos Aylwin Azócar –Patricio, Carmen, Andrés, Arturo y Tomás– era sobre todo un dirigente de lucha. “No fui un conciliador que facilitara los acuerdos ni de los parlamentarios que arreglaba los problemas tomando un café. Pude haber sido un hombre complicado, de principios inamovibles…”.
Estuvo entre los trece diputados DC que suscribieron el documento contra el Golpe de Estado, que lo distanció políticamente de la mayoría de su partido, incluido su hermano Patricio. Como jurista se involucró de inmediato contra la detención y desaparición de personas, una tragedia que vivió con angustia: en 1973 alegó en la Corte Suprema por la desaparición de unos 50 campesinos de Paine, a los que conocía, llegando a llorar de impotencia ante los jueces.
Inagotable abogado de DD.HH. durante los 17 años del régimen, en democracia no creyó en la conveniencia de avanzar en la medida de lo posible. En entrevista con Raquel Correa en julio de 1990, Andrés Aylwin declaró que “en Chile no habrá verdadera reconciliación mientras no pasemos por la verdad y la justicia" y que no era partidario de reconocer la Ley de Amnistía. Por su intransigencia en estas materias fue acusado incluso de “poner arsénico” al primer Gobierno de la transición, que lideraba su propio hermano.
Ha fallecido Andrés Aylwin, el hermano combativo del expresidente. Será velado desde esta tarde en el Salón de Honor del Ex Congreso, desde donde saldrá una carroza fúnebre mañana a mediodía con dirección al colegio San Ignacio de Alonso Ovalle. Sus funerales serán luego en el Cementerio General.