Jugando billar con el Banco Central: los cálculos de la política monetaria
La transmisión de la política monetaria no es para nada automática y, por el contrario, se deben apretar muchas teclas en la economía para que sea realmente efectiva, dice Carlos García, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Alberto Hurtado, haciendo una analogía con el juego de billar, donde la bola blanca –la tasa de interés– debe golpear e introducir muchas otras para ganar el juego, que podría definirse como “activar la economía”
Universidad Alberto Hurtado
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La reducción de la tasa de interés que anunció el Banco Central de Chile (BC) fue tan inesperada, que sorprendió tanto a los analistas del mercado como a los propios economistas del BC. Sin duda, las autoridades se tomaron muy en serio uno de los principios máximos de la teoría monetaria moderna: para que una política del banco central sea 100% efectiva, debe ser inesperada. Ante tamaña noticia, cabe analizar cómo funciona la política monetaria para echar algunos paños fríos sobre la euforia inicial de esta medida pues, para entender los efectos de las medidas del banco central en la economía existe una gran distancia (varios meses) entre el impacto inicial y sus efectos concretos.
La transmisión de la política monetaria no es para nada automática. Por el contrario, se deben apretar muchas teclas en la economía para que sea realmente efectiva. En este sentido se parece mucho a un juego de billar, donde la bola blanca debe golpear e introducir muchas otras en 15 hoyos para ganar, sin introducir -durante el juego- la bola negra número 8.
Usando esta analogía para explicar cómo funcionará la reciente medida del BC, la "bola blanca" será la tasa de interés de política monetaria y el consejo del BC será el jugador, que debe elegir un buen taco para golpear la bola blanca. El primer golpe fue uno bastante fuerte, o al menos así lo interpretó el mercado: bajó la tasa en 50 puntos base -pasando de 3% a 2,5%-, probablemente con la intención de echar rápidamente todas las bolas a los hoyos para ganar el juego, que podría definirse como "activar la economía".
La primera bola de color que el BC debe echar a un hoyo es la que tiene inscrito el mensaje "los bancos privados deben bajar sus tasas" y, para que esto ocurra, el BC tendrá que cambiar las condiciones de liquidez del mercado bancario. Puede hacerlo fácilmente porque la entidad funciona como "banco de todos los bancos", es decir, bajará la tasa de interés diaria que cobra a los bancos privados de 3% a 2,5%. Con este golpe, fácil para el banco, saca la primera bola de color del juego.
Sin embargo, las bolitas llamadas "los bancos bajan las tasas de todo tipo de crédito" aún deben caer a diferentes hoyos, es decir, debe ocurrir que efectivamente cada uno de los bancos revise su política de crédito y baje sus tasas. Pero si los incentivos de los bancos serán siempre cobrar las tasas más altas y así maximizar sus utilidades, ¿por qué deberían bajar sus tasas? Algo adicional debe impulsar las bolitas: la "competencia", es decir, basta con que uno de los bancos ofrezca una tasa menor, para que el resto -por temor a perder sus clientes- también lo haga.
Pero gatillar la competencia entre los bancos significa que estos ofrecerán a sus clientes diferentes opciones y tasas, dependiendo de su riesgo y montos, por lo que, siguiendo con la analogía del billar, con el golpe de bajar la tasa a 2,5%, algunas bolas caerán y otras casi golpearán en los bordes de los hoyos, darán unas vueltas caprichosas, pegarán en los otros bordes pero no entrarán a los hoyos, a pesar de toda la técnica y empeño del jugador.
Así, según estudios estadísticos, transcurrido uno seis o siete meses desde el anuncio de la baja de la tasa de interés -noviembre o diciembre de este año-, la competencia de los bancos empezará a generar una caída de tasas para diferentes tipos de productos y clientes, y estos a tomar créditos. Es un tiempo necesario porque los clientes de los bancos se deben autoconvencer de que el futuro de sus actividades comerciales será mejor y, por tanto, vale la pena tomar esos créditos más baratos, que se gastarán en consumo o financiarán nuevos proyectos de inversión.
La temida bola 8
Sin embargo, no todo es tan fácil. Está siempre latente el peligro de sacar la bola número 8 por error que, si cae a uno de los hoyos por casualidad, el juego termina: el banco pierde, la inflación sube y la economía sigue creciendo poco.
Para el BC, no golpear esa bola negra significa que su política de estímulo es exitosa empujando la producción (crecimiento). ¿Cómo evitará golpearla? Todo depende de cuán cerca está la economía chilena de su crecimiento potencial: si está por debajo, como se sospecha, el empujón del banco a través de crédito más barato, y por tanto más gasto, ayudará a que la economía pueda acercarse más rápidamente a ese crecimiento de pleno empleo.
Lamentablemente no es tan fácil esquivar la bola negra, puesto que siempre existe incertidumbre en torno al crecimiento potencial porque éste es una medida artificial que inventaron los economistas y, dependiendo de la técnica y del economista, hay un potencial diferente. La información disponible en los primeros trimestres de 2019 sólo es un indicador pues no hay plena certeza de que estamos creciendo por debajo de ese potencial. Además, según el BC, el crecimiento potencial ha estado aumentando por el efecto positivo de la migración de los últimos años. Con esto se fortalece la creencia que estaría aumentando la brecha entre el crecimiento potencial y el efectivo.
Lo complejo de este juego es que si se golpea, por mala suerte, la bola negra, la inflación no aumentará instantáneamente, sino que se demorará por lo menos un año después de que la tasa cayó en 2,5%, es decir, como en junio de 2020: muy tarde para lamentar o enmendar el error. La competencia en los mercados toma su tiempo y, como resultado, los precios de muchos productos se ajustan lentamente. Por esta razón, un error en el cálculo en la magnitud de la brecha entre el crecimiento actual y el potencial tiene efectos nefastos para la economía, porque una vez que los precios suben, seguirán altos por un buen tiempo.
En términos del juego de billar, sería como si el BC una vez que lograra echar casi todas las bolas de color a los hoyos, justo en el último golpe fallara estrepitosamente, echando la bola negra en vez de la bola de color que queda. Todo el esfuerzo previo se esfuma y el juego se pierde. Siempre se puede jugar otro juego pero en política monetaria los resultados toman tiempo, mucho tiempo.
En definitiva, si la economía no se recupera en los próximos meses (seis, por dar una fecha), habrá que bajar más la tasa. Pero si se observan signos de recuperación sin importantes aumentos de inflación (dentro de un año y una inflación no superior a 3%, que es la meta del BC), podremos decir que su actual política fue la correcta y, en caso contrario, estaremos en problemas. Esperemos en esta ocasión estar lejos de la bola negra y así poder dejar de jugar billar por un tiempo, por lo menos para estos propósitos.