Quiero referirme a Latinoamérica utilizando el título del famoso libro de los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, en donde hacen una revisión histórica de diversos indicadores financieros de los últimos 800 años en distintos países del mundo.
En las pasadas dos décadas, la región ha logrado avances muy importantes en materia económica, producto del desarrollo de sus economías que ha permitido, entre otras cosas, el masivo fortalecimiento de las clases medias. Estos avances, junto con la entrada de capitales extranjeros, han obligado a producir cambios estructurales en sus instituciones. Situación que, salvo algunas excepciones, ha permitido avanzar hacia economías más sustentables financieramente, con mayores equilibrios macroeconómicos, mejores herramientas de controles fiscales, bancos centrales autónomos y alejados de las políticas de tipo de cambio fijo. En resumen, la mayoría de los países de la región ha ido aplicando una política económica más pragmática, que se aleja de ciertas concepciones políticas que tanto daño produjeron en nuestros países en décadas anteriores.
Dado el contexto global de bajo crecimiento tendencial y en momentos en que el mundo desarrollado enfrenta importantes cambios estructurales –envejecimiento de la población, baja inflación, fuertes transformaciones tecnológicas–, y en un escenario en donde probablemente vamos a continuar viendo tasas de interés más bajas y menores rendimientos en renta variable en el futuro (EE.UU., con una tasa de desempleo del 4,3%, no logra superar un crecimiento potencial del 2%), nuestra región emerge como un atractivo puerto para los inversionistas globales que buscan mejorar los bajos retornos de sus portafolios, tanto en renta fija como renta variable, aumentando su exposición hacia economías en crecimiento, con empresas que muestran utilidades en expansión, como es el caso de Latinoamérica.
Desde el punto de vista económico, para el próximo año se espera un crecimiento de 2,6% (acelerando hacia 2019), influenciado por las reformas económicas que están llevando a cabo algunos países, el fortalecimiento del sector exportador –dada la corrección de las monedas– y por la recuperación de los términos de intercambio que se ha producido gracias al rebote en los precios de los commodities, lo que además ha contribuido a mejorar los balances fiscales.
En lo referente al mercado accionario, las valorizaciones de las bolsas en Latinoamérica continúan siendo más atractivas en relación a los mercados globales y emergentes. En la región, esperamos un crecimiento de utilidades de 14%, destacando los casos de Argentina (+60%), Brasil (+17%) y Colombia (+30%), junto con una recuperación de los ROE de las empresas por sobre el nivel de 10%.
Desde el punto de vista político, independiente de las dudas que abren las elecciones que se van a producir en 2018 en Brasil y México, se observa una región que está pasando de un súper ciclo de populismo hacia uno de mayor sensatez y desarrollo económico. Esperamos que en general continúe mejorando el ambiente hacia los inversionistas y que los gobiernos apliquen políticas pro mercado. Esto es fundamental ya que la mayoría de los países latinoamericanos necesita del sector privado para reactivar las inversiones en infraestructura (Argentina, Perú, Colombia) y el balance fiscal no permite más endeudamiento.
Nuestra convicción es que Latinoamérica en 2018-2019 continuará avanzando hacia una mayor apertura económica y que continuará siendo una región atractiva como destino de inversiones, en donde esperamos que prime la aplicación de políticas pro crecimiento como lo estamos viendo en casos como los de Argentina, Perú, Colombia.
Te recomendamos

Corte Suprema confirma término de concesión para construir estacionamientos subterráneos en zona de Vitacura
El máximo tribunal acogió el recurso de casación en el fondo interpuesto por la Municipalidad y rechazó la reclamación de la empresa concesionaria, ratificando la legalidad del término anticipado del contrato.

Toku levanta serie A de US$ 48 millones: es el mayor monto para una compañía dirigida y fundada por una mujer en la región
La fintech chilena, que fue valorizada en más de US$ 175 millones, utilizará los nuevos recursos para redoblar su actual estrategia de penetración en el mercado y acelerar el desarrollo de sus productos, así como la contratación de nuevo personal en Brasil y México.