Alga se expande en ríos del sur de Chile y causa daños en ecosistema

Más de 10 ríos de la región de Aysén la tienen y no existen métodos para erradicarla.

Por: | Publicado: Martes 30 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Francisca Orellana L.

A simple vista parece pegajosa pero al tacto no lo es. Tiene una textura esponjosa que se aferra fuertemente a las piedras de los ríos y no posee olor característico.

Se trata del Didymo o moco de roca, una microalga altamente invasora del Hemisferio Norte que fue descubierta en Chile en el río Espolón, en Futaleufú, en 2010, y que en casi un año se ha expandido rápidamente en los ríos desde la Décima Región hacia el sur. Pese a su corta presencia en el país, ya está causando daños en el ecosistema y en el mediano plazo podría afectar también el turismo, la pesca artesanal y recreativa.

Además de proliferar rápidamente, forma una verdadera alfombra en el fondo de los ríos. “Al generar esta especie de colchón, perturba todo lo que vive en ese ecosistema, ya que los peces no pueden conseguir alimento o reproducirse y lo más probable es que migren a otras zonas o no sigan existiendo. Por otro lado, genera un aspecto muy feo (porque cuando crece el río la arrastra y quedan colgando en los árboles) por lo que la modificación del ambiente es muy agresivo”, dice Rodrigo Merino, coordinador de proyectos del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia, entidad que en conjunto con el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), InnovaChile y el Ministerio del Medio Ambiente, desarrolla estudios para establecer un mapa de ubicación de esta microalga y medidas de prevención. De hecho, resultados preliminares indican que más de 10 ríos de la región de Aysén la poseen. “Son ríos relevantes para la región, y con importantes actividades de rafting, kayak o pesca recreativa”, dice. El peor escenario lo enfrenta el río Espolón, que tiene la mayor aglomeración de Didymo que supera los cinco centímetros de espesor.

No hay cura   
Como no es posible erradicarla, el Sernapesca está realizando desde 2010 un plan de vigilancia, control y difusión para evitar su expansión. Explican que establecidas las áreas de la plaga, se pide la desinfección de aquellos elementos que hayan tenido contacto con el agua y que “representan elementos de riesgo que podrían contener restos del alga”.
Hoy están con una campaña en aeropuertos, parques nacionales y puestos fronterizos en la zona sur austral, para darla a conocer, y recomiendan lavar y desinfectar (con agua y cloro u hervir) todo lo que estuvo en contacto con el agua.

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