Aguas turbulentas en la política entre China y Filipinas
Por: | Publicado: Viernes 24 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Las fricciones políticas entre quienes reclaman áreas del Mar del Sur de China han escalado en semanas recientes. Las protestas de Vietnam contra supuestas agresiones chinas han dominado los titulares, pero las tensiones entre China y Filipinas también están peligrosamente altas. Desde febrero el presidente filipino, Benigno Aquino, ha protestado contra al menos seis incidentes de intrusión china que Filipinas reclama bajo la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley del Mar, un tratado internacional sobre las fronteras marítimas.
En el Diálogo Shangri-La, un foro de seguridad regional que se realizó en Singapur entre el 3 y 5 de junio, delegados de Filipinas y Vietnam criticaron las actividades chinas en el Mar del Sur de China. Vietnam ha desarrollado ejercicios militares y ha permitido protestas públicas contra China tras varios incidentes en los cuales barcos chinos fueron acusados de acosar a barcos vietnamitas de exploración de pesca y petróleo.
Filipinas no está en una posición fuerte para contrarrestar las incursiones chinas. Pese a que tiene planificado expandir rápidamente su flota de barcos patrulleros, China está reforzando sus fuerzas de vigilancia navales y marítimas mucho más rápido. Como resultado, Filipinas está buscando que EEUU lo ayude a disuadir a China. El pacto de defensa de 1951 entre EEUU y Filipinas no menciona explícitamente el Mar del Sur de China, pero autoridades de ambos países han expresado recientemente que EEUU está obligado a defender a las fuerzas filipinas si son atacadas.
El mejor resultado para Filipinas sería que las tensiones bajen con el regreso de las negociaciones entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático sobre un código de conducta para el Mar del Sur de China. En 2002 se acordó una declaración no vinculante, pero, como las crecientes tensiones sugieren, la adhesión ha sido incompleta, y la actitud de China hacia las negociaciones multilaterales sobre temas del Mar del Sur sigue ambivalente. Las posibilidades de que las partes acuerden un código de conducta vinculante en el futuro cercano parecen remotas.
Mientras tanto, el gobierno filipino enfrenta un escenario delicado. Por un lado, las autoridades no querrán minar las relaciones económicas con China, un mercado líder para las exportaciones de Filipinas y una fuente significativa de inversión. Por otro lado, el sentimiento local está en contra de cualquier capitulación a China, y las ventajas económicas y estratégicas del control sobre una porción del Mar del Sur de China son enormes. El vasto mar es uno de los terrenos más abundantes del mundo para la pesca, se cruza con rutas de navegación vitales, y se cree que el fondo del mar contiene reservas significativas de petróleo y gas.
En el Diálogo Shangri-La, un foro de seguridad regional que se realizó en Singapur entre el 3 y 5 de junio, delegados de Filipinas y Vietnam criticaron las actividades chinas en el Mar del Sur de China. Vietnam ha desarrollado ejercicios militares y ha permitido protestas públicas contra China tras varios incidentes en los cuales barcos chinos fueron acusados de acosar a barcos vietnamitas de exploración de pesca y petróleo.
Filipinas no está en una posición fuerte para contrarrestar las incursiones chinas. Pese a que tiene planificado expandir rápidamente su flota de barcos patrulleros, China está reforzando sus fuerzas de vigilancia navales y marítimas mucho más rápido. Como resultado, Filipinas está buscando que EEUU lo ayude a disuadir a China. El pacto de defensa de 1951 entre EEUU y Filipinas no menciona explícitamente el Mar del Sur de China, pero autoridades de ambos países han expresado recientemente que EEUU está obligado a defender a las fuerzas filipinas si son atacadas.
El mejor resultado para Filipinas sería que las tensiones bajen con el regreso de las negociaciones entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático sobre un código de conducta para el Mar del Sur de China. En 2002 se acordó una declaración no vinculante, pero, como las crecientes tensiones sugieren, la adhesión ha sido incompleta, y la actitud de China hacia las negociaciones multilaterales sobre temas del Mar del Sur sigue ambivalente. Las posibilidades de que las partes acuerden un código de conducta vinculante en el futuro cercano parecen remotas.
Mientras tanto, el gobierno filipino enfrenta un escenario delicado. Por un lado, las autoridades no querrán minar las relaciones económicas con China, un mercado líder para las exportaciones de Filipinas y una fuente significativa de inversión. Por otro lado, el sentimiento local está en contra de cualquier capitulación a China, y las ventajas económicas y estratégicas del control sobre una porción del Mar del Sur de China son enormes. El vasto mar es uno de los terrenos más abundantes del mundo para la pesca, se cruza con rutas de navegación vitales, y se cree que el fondo del mar contiene reservas significativas de petróleo y gas.