“Si te quedas en casa, terminas en pijama, zapatillas y sin afeitar”
Reconocido hábil negociador en el mundo político y empresarial, el ex vicepresidente, ministro y presidente de Endesa de España y Enersis se mantiene enérgico y entusiasta a sus 77 años.
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Esperábamos ver a un viejecito adorable que cumplirá 78 años el próximo 3 de octubre y me encuentro con un hombre enérgico y entusiasta que tiene una gran claridad de ideas y ese sentido común tan auténtico que dan los años.
Rodolfo Martín Villa (Santa María del Páramo, León, 1934) no es de los que se jubilan y se dedican a pasear con sus nietos. “Vengo todas las mañanas al despacho que me ha dejado José Lladó (presidente de Técnicas Reunidas), hago mis gestiones como consejero de Initec (filial de Técnicas), siempre tengo comidas de trabajo o con viejos amigos y por las tardes ya me lo tomo con más relajación, voy a algún acto o conferencia a la que me hayan invitado”. Tiene muy claro que la persona tiene que tener alguna actividad porque “si te quedas en casa, terminas en pijama, zapatillas y sin afeitar”. Su mayor relax es pasear por los alrededores de un antiguo molino que ha comprado en los alrededores de Pedraza (Segovia).
Lee todos los días el periódico y el Boletín Oficial del Estado –“me apasiona todo lo relacionado con la legislación”–, aunque le tienen que ampliar la letra porque ha perdido mucha visión fruto de la intensa actividad que ha desarrollado a lo largo de su vida. “Veo mal y eso me hizo perder la afición por los deportes y el fútbol, aunque ahora lo estoy retomando gracias a mis cinco nietos, que ven los partidos conmigo y me los narran”.
De ministro al Prestige
Además de consejero de Initec, Martín Villa es presidente de algunas fundaciones e instituciones educativas como el Patronato de la Universidad Pontificia de Salamanca. Se mantiene al día de todo lo que ocurre en la vida política y económica gracias, en parte, a la tertulia radiofónica que mantiene todos los lunes con el político Santiago Carrillo.
Son amigos a pesar de que están totalmente alejados ideológicamente. Martín Villa estuvo vinculado con el Sindicato vertical en la época franquista y ocupó diversos altos cargos a lo largo de los años de la dictadura franquista. Como ministro de Gobernación -actual Ministerio de Interior- en el primer gobierno de Adolfo Suárez, fue popularmente conocido como la “porra de la Transición”, debido a la dureza que empleaba en reprimir manifestaciones obreras y estudiantiles.
Martín Villa participó en el primer gobierno de la monarquía como ministro de Relaciones Sindicales con Carlos Arias Navarro, y fue uno de los personajes clave de la transición democrática, primero con Adolfo Suárez y más tarde con Leopoldo Calvo-Sotelo. Tras la disolución de UCD, se incorporó al Partido Demócrata Popular de Óscar Alzaga para integrarse más tarde en el Partido Popular, donde ocupó cargos ejecutivos y obtuvo acta de diputado para el Congreso. Ejerció su último cargo político en 2003 cuando fue nombrado comisionado del gobierno para el desastre del Prestige.
Con la experiencia que da este bagaje, Martín Villa es contundente al afirmar que en la situación actual “son necesarios acuerdos políticos profundos entre los dos grandes partidos”. “No puede ser –afirma- que los populares basen su discurso en la mala herencia recibida, y que los socialistas hablen como extraterrestres que parece que acaban de llegar sin asumir sus responsabilidades”.
Crítico de calificadoras y auditoras
El ex ministro dice que la austeridad siempre es necesaria, incluso en tiempos de bonanza, pero que “por sí misma la austeridad no arregla nada”. Sí es partidario de adelgazar la Administración, “no tanto por el ahorro de dinero, sino porque sería ejemplar para el resto de la sociedad”. Para explicar lo mastodóntico de la Administración, Martín Villa cuenta que le produjo un gran asombro cuando para explicar un caso de violencia se presentó la delegada en Jaén de la Consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía. “Eso es para nota”, comenta.
“Si ahora somos como una comunidad autónoma de Europa –añade-. Hemos cedido soberanía, pero en Europa no se han creado las instituciones políticas y económicas adecuadas. No existe Parlamento ni Gobierno europeo, y ya se sabe que cuando no se ejerce el poder, aparecen otros a hacerlo, en este caso los financieros”.
El ex ministro es especialmente crítico con las agencias de ráting y las auditoras. “A los políticos se les juzga en sus decisiones, cosa que no ocurre con las agencias de ráting, ¿quién juzga a estas empresas?”. “Me parece inconcebible –señala– que los gobiernos dirijan el país pendientes de las agencias de ráting. Yo estaría más tranquilo si las auditorías de la banca, por ejemplo, las realizara el interventor General del Estado, que tiene mentalidad de servicio público”.
Tampoco entiende Martín Villa cómo en el nuevo consejo de la Bankia intervenida hay financieros como los que provocaron la burbuja y no hay ningún representante del Estado que vele por el dinero de los los españoles. “Yo -afirma- cada vez me fío menos de los economistas porque hablan todos los idiomas menos uno, aquel en el que se les debería entender”.
Una de sus mayores frustraciones fue la fallida fusión entre Endesa e Iberdrola. “Era una operación perfecta, pero las condiciones que nos imponía el gobierno eran muy imprecisas y dejaban mucho campo a la interpretación. La que iba a ser la mayor eléctrica de Europa no podía nacer con tantas incógnitas”.