La crisis que ha provocado en Brasil el escándalo de corrupción que involucra a la petrolera estatal Petrobras parece estar lejor de terminar y, más bien, sigue escalando dentro del Partido de los Trabajadores, de la presidenta Dilma Rousseff.
Ahora es el propio ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva el que ha entrado en "el radar" de la operación "Autolavado", tras el arresto de su ex jefe de gabinete José Dirceu. Eso sí, según ha trascendido Lula no está siendo investigado por el momento y por ahora se trata de sólo de sospechas, aunque se indica que ha llamado la atención de los investigadores el hecho de que Lula presuntamente hubiera recibido dinero como remuneraciones por conferencias a empresas cuyos directores ejecutivos están respondiendo a un proceso por corrupción, lavado de dinero y organización criminal a partir de recursos desviados de contratos con Petrobras.
Así, tras el arresto de Dirceu, los líderes de la oposición afirman que las investigaciones se aproximan cada vez más al ex presidente y a Rousseff, además del núcleo del PT. Según los investigadores, Dirceu fue uno de los creadores del esquema de corrupción en Petrobras y de mensalão (mesada), la práctica estatal de comprar votos en el congreso.