La decisión del presidente Donald Trump de firmar en su primer día hábil en el cargo la orden ejecutiva para que Estados Unidos abandone definitivamente el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) muestra que el recién asumido mandatario tiene la intención de cumplir sus promesas de campaña, entre las que el proteccionismo aparece sin ambigüedades.
El pacto negociado durante el gobierno de Barack Obama incluía a doce países, entre ellos Chile, y entre otros objetivos buscaba acercar a la potencia americana con los países del Asia Pacífico y contrarrestar así el avance chino. La salida de Estados Unidos es, entonces, un paso evidente hacia un cambio de estrategia en su política comercial que tendrá consecuencias inevitables en la integración económica global.
Por lo pronto, en nuestro país el canciller Heraldo Muñoz admitió que sin Estados Unidos el acuerdo, tal cual se negoció, ya no está sobre la mesa y que por tanto lo que corresponde es suspender el envío del proyecto al Congreso para su ratificación.
La autoridad reiteró que Chile va a persistir en la apertura e integración, lo que puede adoptar modalidades diversas, como acuerdos bilaterales, subregionales y regionales.