Luego que el primer trimestre cerrara con una magra expansión de 2,4%, se ha dado a conocer el cuarto Imacec del año, el cual decepcionó al ubicarse muy por debajo de las expectativas del mercado. De hecho, estuvieron en el cuarto inferior de las respuestas de los 60 académicos, consultores y ejecutivos o asesores de instituciones financieras consultados por el Banco Central.
Más allá de lo anterior, tras este registro de 1,6% y el de marzo de 1,7%, al comparar el trimestre móvil febrero-abril con su precedente (noviembre-enero) corrigiendo por factores estacionales y diferente número de días hábiles, algo utilizado muy frecuentemente para reportar las cifras en países como EEUU, se aprecia que la economía no mostraría prácticamente crecimiento alguno en dicho periodo. Esto sugeriría que los indicios de incipientes "brotes verdes" que se observaron durante los meses finales de 2014 y comienzos de 2015, simplemente no habrían logrado echar raíces, a la par de una confianza de los consumidores y los empresarios que si bien parecía levantar, simplemente no lo hizo.
Mirando hacia adelante, incluso considerando los efectos por baja base de comparación respecto del tercer trimestre de 2014, parece difícil pensar en que el crecimiento alcanzará el 3% que otrora pareciese el piso para el año en curso. De hecho, hasta el 2,7% estimado a través de diferentes encuestas recientes para todo 2015 se ve hoy cada vez más difícil de conseguir, considerando que incluso si los indicadores de confianza como el IMCE o el IPEC hoy despegaran, la evidencia empírica –como aquella incluida en una minuta del último IPoM- sugiere que existe un importante rezago hasta que la actividad realmente repunte.