Junto a la entrega del Informe de Política Monetaria (IPoM) del mes de diciembre, el Banco Central dio a conocer, como se hace semestralmente, el Informe de Estabilidad Financiera (IEF), el cual es un insumo para el análisis altamente valorado y que en esta oportunidad se hizo cargo de algunos temas de contingencia relacionados con el sistema previsional.
Uno de los tópicos que abordó el documento del instituto emisor se refiere al fenómeno claramente acreditado por las cifras de traspasos de fondos de los afiliados hacia el fondo más conservador gestionado por las AFP, el fondo E. De hecho, el BC constata en el documento que desde el anterior informe de junio se han producido significativas inversiones en bonos soberanos locales y papeles de bancos locales, con lo cual el posicionamiento en renta fija de los recursos para pensiones se ha elevado a un nivel máximo desde 2008, lo que corresponde a un 51% del portafolio total.
El mismo informe apunta que detrás de este proceso pueden estar los llamados a cambiarse en forma masiva a las carteras más conservadoras, cuestión que en la actual coyuntura de tasas y por las dinámicas propias que ese proceso activa, básicamente exacerba las pérdidas, las que por cierto van en contra del propio interés de los cotizantes que se cambiaron, como de aquellos que no lo hicieron y permanecieron en los fondos que sufrieron menoscabo.
El que una institución del tonelaje y credibilidad del Banco Central haga ver este tipo de situaciones es potente y necesario, sobre todo en un clima de debate salpicado de pasiones y argumentos que van más allá de la racionalidad.