Las declaraciones del ex presidente Ricardo Lagos a un matutino el fin de semana han dado la largada -según observadores y políticos- a la carrera en la Nueva Mayoría de cara a las elecciones presidenciales de 2017 y han puesto al gobierno en modo "síndrome del pato cojo", en medio del desplome en la aprobación a la gestión de la presidenta Michelle Bachelet y las aparentes diferencias al interior de su gabinete -desmentidas por el ministro del Interior- entre quienes parecen más del lado del "realismo" que de la "sin renuncia" que constituye el lema de La Moneda en torno al proceso de profundas reformas que está llevando a cabo y que las encuestas indican que son rechazadas por una mayoría de los ciudadanos.
Del lado del bloque oficialista se ha mencionado además de Lagos a la presidenta del PS, Isabel Allende, al actual presidente de Chile Transparente, José Miguel Insulza, y al ex timonel de la DC, Ignacio Walker. Los nombres están sobre la mesa y en medio de una crisis de liderazgo de Bachelet -como indican los sondeos- es claro que la campaña irá tomando cuerpo progresivamente y más cuando en la Alianza opositora también ya se habla de candidatos, comenzando por el ex mandatario Sebastián Piñera.