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Alto contrasteTras alcanzar cerca de un millón de personas en 2015, el ingreso de inmigrantes y refugiados a Alemania comenzó a estabilizarse hacia mediados de 2016, aliviando parte de la presión sobre el gobierno de la canciller Angela Merkel.
Sin embargo, el nuevo atentado de la semana pasada vino a demostrar que el tema se mantendrá como una de las primeras banderas de batalla en el campo político, dejando un flanco vulnerable para la jefa de gobierno conservadora, considerada como uno de los últimos pilares de las fuerzas moderadas.
En medio de las presiones, la canciller ha debido hacer concesiones a las facciones más radicales dentro de su propia colectividad, para evitar quedar sin un piso.
Mientras tanto, a medida que Turquía comienza a enmendar sus diferencias con Rusia, el campo de gravedad de Ankara empieza a girar hacia el este. Aquel será un factor dominante en el mapa político de Europa ya que el acuerdo con Turquía para lidiar con los inmigrantes había sido vital.
Ahora, a medida que el gobierno sirio toma el control de los últimos bastiones rebeldes del país y la tregua internacional permite la salida de los civiles, la ola de refugiados hacia Europa volverá a crecer.
