Editorial

La economía no despega

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Las cifras de cuentas nacionales publicadas para el segundo trimestre han dejado un sabor amargo. Aunque el crecimiento del PIB de 1,6% (inferior a la expansión de 2,3% del primer trimestre) estuvo en línea con lo que podía proyectarse a partir de los Imacec que ya se habían dado a conocer, sorprendió negativamente la evolución de la inversión bruta en capital fijo, la cual registró una caída de 4,1%, especialmente influida por el componente maquinarias y equipos, que se contrajo en 9,1%. El ministro de Hacienda ha reaccionado señalando que estas cifras son plenamente compatibles con la proyección de crecimiento anual para el PIB de 2,6%, recientemente actualizada por la cartera, bastando que se mantenga la tendencia actual en cuanto a velocidad para alcanzar ese resultado.

Si no se pone urgencia a la tarea de reimpulsar el crecimiento, será imposible vencer la inercia.

Lo preocupante es que, más allá de los cálculos aritméticos, persiste una sensación de estancamiento que no da cuenta de un verdadero despegue de la actividad económica. De hecho, si se excluye del análisis al sector minero, los resultados reflejan una expansión de solo 1% en el segundo trimestre, inferior al 1,8% de los primeros tres meses del año. Y en materia de inversión, ya van cuatro trimestres consecutivos de variación negativa en la formación bruta de capital fijo, el talón de Aquiles de la economía chilena, por cuanto el potencial de crecimiento radica precisamente en esta variable, que a su vez tiene una incidencia directa en la evolución de la productividad.

El factor que ha otorgado mayor dinamismo al crecimiento durante el primer semestre ha sido la expansión de las exportaciones, con lo cual una vez más queda de manifiesto que profundizar la integración comercial con el resto del mundo constituye un requisito fundamental para fortalecer el crecimiento económico, en el cual se debe seguir avanzando actualizando los tratados de libre comercio vigentes y suscribiendo nuevos acuerdos con países que representan una buena oportunidad para Chile, como es el caso de la India.

En la tarea de reimpulsar el crecimiento económico no hay ni atajos ni balas de plata, siendo conocido por todo el mundo político el diagnóstico acerca de lo que hay que hacer. En lo que sí cabe insistir es en el sentido de urgencia que hay que darle a la solución de este problema, porque de lo contrario no va a ser posible vencer la inercia. Y en un contexto internacional altamente incierto, con bancos centrales que han comenzado a recortar sus tasas de interés, nuestro instituto emisor también tiene una tarea por delante en cuanto a retomar el camino que ha quedado en pausa. La política monetaria no tiene ninguna capacidad de afectar la capacidad de crecimiento de tendencia, pero en el corto plazo sí puede contribuir a atenuar el ciclo.

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