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Alto contrasteTras catorce semanas consecutivas de recortes en sus proyecciones, los economistas brasileños por primera vez ya no están viendo un mayor deterioro en las perspectivas de crecimiento para este año.
Y por primera vez en el mismo plazo, tampoco corrigieron al alza sus pronósticos de inflación.
Aunque una contracción del PIB de 1% y una inflación de 8,13% no resulta ser un panorama para nada auspicioso, la noticia podría ser una señal de que la mayor economía de Latinoamérica está cerca de tocar fondo y se aproxima a un punto de inflexión.
Sin embargo, antes de celebrar habrá que esperar a ver qué tipo de repunte se produce. Hasta ahora es más probable que, tras dejar de caer, la actividad se mantenga todavía por un buen tiempo estancada en el fondo, en vez de registrar un rebote sólido, tipo "V".
Por otra parte, el margen para las autoridades parece estar agotándose, con el descontento social creciendo y las protestas aumentando su frecuencia. El domingo, nuevamente hubo masivas movilizaciones en las principales ciudades del país, donde miles de personas exigieron la impugnación del mandato presidencial de Dilma Rousseff. Ojalá que la mejora no llegue demasiado tarde.
