Eficiencia en el gasto público
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El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ha afirmado que no puede sostenerse de manera persistente el crecimiento de la economía a punta de estímulo fiscal, poniendo de relieve tanto la relevancia que tiene conservar finanzas públicas equilibradas y sanas, como la necesidad de que el sector privado recupere su sitial de motor de la actividad económica.
Este año el gasto público crecerá en torno a 10% y todo indica que una cifra así de elevada no debería repetirse en el futuro próximo, si como ha señalado el mismo secretario de Estado los períodos de expansión tienen que ser seguidos por procesos de consolidación.
Sin un incremento de los recursos involucrados tan significativo como el de este año, para que el aparato estatal y las políticas públicas sigan aportando al desarrollo de la economía es imprescindible, entonces, un avance sustancial en su eficiencia.
Se trata de gastar oportunamente los dineros comprometidos en la Ley de Presupuestos para este año, pero también el desafío es asegurar que son destinados, sin desvíos, descuidos ni burocracias innecesarias, a los programas y políticas aprobadas por los legisladores. Un paso adicional es medir con herramientas cada vez más efectivas y fiables, la eficacia de este gasto, pues un sector público que crece sin una contrapartida en calidad y alcance puede, sin grandes atajos, convertirse en un escollo para el desarrollo.
De especial significación aparece en la coyuntura actual enfatizar en la puesta en marcha de políticas y programas que permitan acelerar proyectos y estimular el mejoramiento continuo del aparato fiscal de modo que sea un estímulo, y no una traba, a la iniciativa privada.