La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), requerida por la prensa a propósito de los últimos acontecimientos en torno al caso Penta, informó que en conjunto con el Ministerio de Hacienda se encuentran estudiando en profundidad las modificaciones legales que sean necesarias para incrementar de modo ejemplarizaror las sanciones a quienes protagonicen incumplimientos graves a la Ley de Bancos.
De igual forma, los cambios en evaluación buscarán avanzar en medidas que aseguren conductas irreprochables y la integridad "permanente" por parte de quienes participen en el mercado bancario, en especial aquellas personas que oficien de accionistas controladores de bancos.
La idea de la autoridad es inmunizar al sistema de riesgos que puedan perjudicar los intereses de los depositantes y usuarios de créditos, incluyendo entre ellos los riesgos reputacionales, que son altamente sensibles y críticos en el día a día de un sistema como el financiero.
Los anuncios de la autoridad, si bien no se conocen en detalle y por lo mismo no permiten emitir un juicio definitivo, en principio van en la dirección correcta de resguardar uno de los atributos diferenciadores del país, como es contar con un exigente y riguroso marco regulatorio para el sistema financiero. Tras la crisis bancaria de los años 80, en Chile se estableció un alto estándar de exigencias para el funcionamiento del sistema financiero, cuestión que ha probado ser un fortaleza, en especial en aquellos eventos de mayor volatilidad o de, derechamente, de crisis a nivel internacional. Un rasgo de ese tipo no debe sino ser cautelado y fortalecido.