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Alto contrasteEl pasado trimestre móvil marzo-mayo confirmó un significativo aumento en la tasa de desempleo medida por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). De acuerdo con el registro y en relación con el dato inmediatamente anterior, el desempleo aumentó medio punto porcentual, pasando desde 6,1% a 6,6% al quinto mes del año.
Si bien la lectura de trimestres consecutivos sólo aporta información parcial sobre lo que está ocurriendo en el mercado del trabajo (en donde las comparaciones anuales son más pertinentes al incorporar el factor estacional), en este caso lo ocurrido entre abril y mayo resulta relevante por la magnitud del alza.
En efecto, en una perspectiva de mediano plazo normalmente cuestiones estacionales explican aumentos en la tasa de desempleo entre los trimestres terminados en abril y mayo, pero esta vez 0,5 punto porcentual de alza resulta especialmente significativo.
Ese hecho junto a las cuestiones estacionales y otros antecedentes cualitativos, como la menor capacidad del sector público de seguir generando puestos de trabajo en esta coyuntura, alimentan la expectativa de un progresivo deterioro en el mercado del trabajo, el cual, hasta ahora, al menos en la cifra agregada, se había mostrado resistente frente a la desaceleración de la economía.
Se trata de una constatación que no puede ser subestimada, en especial porque casi la totalidad de indicadores de expectativas e inversión hablan de un bajo dinamismo esperado en materia de nuevos proyectos, lo que podría augurar un escenario inesperadamente complejo en este ámbito y donde el tenor de la reforma laboral podría ser determinante en una u otra dirección.
