De acuerdo con una encuesta realizada en junio por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), la inquietud de los empresarios frente al proceso de reformas en marcha y el freno de la actividad económica se acerca a 60%, un registro que supera el período de preocupación asociado a la crisis subprime de 2008-2009 y que da cuenta de la urgente necesidad de tomar pasos concretos para restituir el ánimo en el ambiente de negocios y también entre los consumidores.
Según ha explicado el gremio, tras una pausa luego de la discusión y aprobación de la reforma tributaria el año pasado, se ha verificado un nuevo repunte en la tensión por las reformas en que se encuentra embarcado el gobierno en las áreas laboral, educacional y constitucional, a lo que se ha sumado, por cierto, una compleja implementación de los cambios al sistema impositivo, y que ha involucrado una serie de circulares que los norman.
En un contexto en que además las proyecciones sobre la actividad económica siguen persistentemente a la baja y de desplome en el precio del cobre, el principal producto de exportación del país, parece claro que se requiere de medidas que permitan despejar los flancos de incertidumbre que permanecen abiertos y que han nublado a los sectores productivos, tal como lo han alertado empresarios de compañías de distinto tamaño a lo largo del país y diversos dirigentes gremiales nacionales. En este sentido, resulta evidente que cada día que pasa sin hechos tangibles que alienten una reinyección de energía sobre la economía y en particular en la inversión, sólo consigue prolongar el ya extremadamente largo período de debilidad en la economía.