Una agenda efectiva para un Comité de Auditoría
Han pasado algunos meses desde que explotó nuestro “Enron” y las cosas...
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Han pasado algunos meses desde que explotó nuestro “Enron” y las cosas parecen encontrar su curso luego de un agitado período durante el cual se buscaron culpables. La Justicia tiene ahora la palabra y a juzgar por la experiencia en otros casos, se tendrá que esperar los plazos del debido proceso para establecer las responsabilidades que correspondan.
¿Qué podemos hacer para evitar su repetición? ¿Qué lecciones podemos sacar de esta experiencia?. En lo concreto, crear herramientas de gestión de apoyo a la supervisión de la Información Financiera que está contenida en una Agenda del Comité de Auditoría ayudaría en gran medida a este propósito.
El tema más relevante de los gobiernos corporativos es la calidad de la información financiera de carácter público sobre la cual las distintas audiencias deciden sus inversiones. Pero esta tarea no se agota en el directorio. Sin perjuicio de reconocer que son los responsables máximos, debemos ser justos y aceptar que no son ellos los que generan la información... la reciben de una u otra forma de los ejecutivos principales que llevan la gestión del negocio y dependen de ellos. Es necesario armonizar mejor ambas funciones.
Se debe promover un cambio y que se establezca un Comité de Auditoría especializado en aquellas compañías que por su presencia bursátil lo ameriten; un Comité que tiene independencia, enfoque a la información financiera y adhesión a los principios de supervisión basados en riesgos. También se debe procurar que uno de sus miembros, al menos, sea un experto en finanzas y contabilidad, como ocurre en los países anglosajones, con sólida formación profesional, para liderar el proceso de requerimiento de análisis financiero contable, chequear con auditores internos y/o contralor y auditores externos, antes de validar la exposición de la información financiera y de gestión al Directorio. Este director puede actuar dada su especialidad financiera como contrapeso efectivo al resto de los directores miembros de este Comité.
Lo anterior ha tenido en la práctica de los mercados más desarrollados, una mejor efectividad de estos comités, ya que por primera vez se incorporó responsabilidades al Comité sobre los riesgos de la compañía, su proceso de información financiera y la supervisión sobre el control interno de las compañías.
Aún cuando algunos planteen que las situaciones anormales o de irregularidades no logran ser detectadas, independiente de ese juicio, la interacción que se debe tener al contar con un Comité de Auditoría especializado con claros objetivos a cumplir y su relación con los directores, la administración, los auditores internos y/o contralores y los auditores externos y los clasificadores de riesgos, dan un sentido de vigilancia estrecho y cuidadoso de las malas prácticas que se puedan llevar a cabo a través de una información financiera que se presente distorsionada y no pueda ser detectada oportunamente. Con ello se logra independencia, efectividad y una razonable seguridad para los inversionistas, el mercado y la sociedad toda.