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Ocupación laboral de los mayores de 55 años

Gina Ocqueteau Emprendedora

Por: Gina Ocqueteau | Publicado: Jueves 10 de agosto de 2023 a las 04:00 hrs.
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Gina Ocqueteau

El 52% de las empresas chilenas no contrataron a trabajadores sobre los 55 años de edad durante los últimos meses. Así de preocupante es el informe de Libertad y Desarrollo, que además señala que en este grupo etario se concentra la mayor alza de desempleo: antes de la pandemia, representaba un 10% del total de desocupados, cifra que hoy asciende a 15%.

Existen también otros agravantes, ya que las personas desde los 55 años demoran más tiempo que el resto en encontrar empleo - 8,4 meses en promedio-, y adicionalmente, de los 420 mil puestos laborales que aún faltan por recuperarse post Covid, un 61% corresponde a este segmento.

“Las empresas deben pensarlo dos veces antes de desechar un currículum porque el postulante nació en la década de los sesenta. Los mayores de 55 aportan un componente único en cuanto a experiencia laboral, habilidades emocionales y resiliencia”.

Las estadísticas son alarmantes por varias razones. La primera y más obvia es la vulnerabilidad laboral en que viven miles de chilenos en un contexto de aumento de la esperanza de vida, que este 2023 se estima en 81,2 años de acuerdo con reportes de la CEPAL. Si alguien queda cesante a los 55, un cálculo rápido nos habla de 25 años sin fuentes de ingreso, condiciones laborales mínimas ni oportunidades que le permitan contribuir de manera activa a la sociedad.

Actualmente un hombre o mujer promedio de 55 años se encuentra en pleno uso de sus capacidades mentales y profesionales, con una experiencia laboral previa que puede ser muy valiosa para las empresas debido a los conocimientos y habilidades acumulados a lo largo de sus carreras, que les permite comprender procesos, estrategias y mejores prácticas de cada compañía.

¿Por qué, entonces, no los contratan? Quizás por temor, prejuicios o una falta de comprensión de los puntos a favor. También existe en nuestra sociedad actual una marcada preferencia por la juventud y la falsa creencia de que las personas sobre cierta edad están poco dispuestas a la flexibilidad o a los desafíos laborales que se exigen hoy en día, cuando en realidad, al analizar el mapa completo, los beneficios son mucho más grandes que los costos.

Las empresas que cuentan con equipos diversos en cuanto a edad, género, origen, etc. presentan un mejor desempeño general por distintos motivos. Por ejemplo, los mayores pueden ayudar a quienes recién están empezando a abordar situaciones complejas y resolver problemas con una perspectiva única. Además, cumplen un rol fundamental como mentores, compartiendo su experiencia y orientación para el crecimiento profesional de quienes recién comienzan. Otra ventaja importantísima es que sobre los 50 años las personas tienden a mostrar más estabilidad, compromiso y lealtad, factores necesarios para mantener la continuidad y la cultura organizacional.

Y aunque uno de los principales mitos es asociar a los mayores con falta de adaptabilidad, es más bien al contrario. Como una generación que nació sin la tecnología y los avances que vemos actualmente en todo ámbito, somos la prueba viviente de que es posible ajustarse a los cambios y aprender a manejar dispositivos y programas que no conocimos en la infancia. Puede que en algunos casos tarde un poco más, pero esa condición de superar lo desconocido es crucial en un entorno empresarial en constante evolución.

Por eso, mi llamado a las empresas es a pensarlo dos veces antes de desechar un currículum al comprobar que el postulante nació en la década de los sesenta. La diversidad en la fuerza laboral es esencial para la innovación y los mayores de 55 aportan un componente único en cuanto a experiencia laboral, habilidades emocionales y resiliencia. Al decirles que no, estamos cerrando la puerta a oportunidades a nivel individual y corporativo de las que todos podremos sacar provecho.

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