Es altamente probable que la Fed inicie el proceso de retiro de estímulos monetarios en el corto plazo; al menos así lo anticipan los mercados. Sin embargo, no hay certeza sobre su fecha exacta de inicio, la velocidad con que se llevará a cabo y, lo más relevante, sus consecuencias.
Aunque la Fed iniciará este proceso por los motivos correctos -mayor dinamismo de la economía de Estados Unidos- la liquidez sin precedentes inyectada al mercado durante este período ha generado grandes distorsiones en todos los mercados, especialmente en los mercados emergentes que capturaron parte importante de estos flujos, cerca de US$ 4 billones (millones de millones) desde 2009. El retiro de la liquidez va a evidenciar estas grandes distorsiones, similar al recogimiento de la ola de un gran tsunami que va mostrando el daño generado a su paso. Al no haber precedentes de procesos similares de esta envergadura, la incertidumbre de las consecuencias son elevadas y la forma como la Fed lleve a cabo su tarea pasa a tener mucha relevancia. El desconocimiento sobre la fecha y velocidad de este proceso agrega incertidumbre adicional y puede acentuar sus efectos negativos, introduciendo mayor volatilidad y riesgo en los mercados. La Fed no sólo no ha contribuido a mitigar el efecto de este último factor sino que, por el contrario, ha tenido declaraciones erráticas que han generado aún más incertidumbre.
El 19 de junio Ben Bernanke anunció que en septiembre comenzaría a reducir la compra de bonos de
$ 85 mil millones a U$ 45 mil millones y que el programa terminaría a mediados de 2014, preparando así los mercados para el inminente fin del estímulo monetario. Sin embargo, durante septiembre la Fed volvió a sorprender al anunciar el 15 del mes pasado que Larry Summers renunciaba a su candidatura para encabezar la organización, tal vez por falta de apoyo político, lo que probablemente dejaba en carrera a Janet Yellen, quien fue oficialmente nominada ayer para el cargo por el presidente Barack Obama. Luego, el 18 de septiembre la Fed anunció que posponía el inicio del proceso de retiro de liquidez anunciado en Junio. Este segundo anuncio produjo una sorpresa parcial pues Summers es partidario de reducir el estímulo de manera más agresiva, a diferencia de Yellen que defiende una postura más moderada. Resulta ilustrativa, en este sentido, la importante variación que durante ese período registró la tasa Bono del Tesoro de EEUU a 10 años, subiendo desde un mínimo de 1,66% en mayo hasta un máximo de 2,98% en septiembre, para volver luego a 2,64% al cierre de ese mes.
Dada la alta complejidad y lo incierto de las consecuencias del proceso, la Fed desaprovechó la oportunidad de evitar la incorporación de incertidumbre adicional. Sin entrar en la discusión sobre si era o no el momento correcto para comenzar a reducir la liquidez, lo cierto es que los mercados habían incorporado en sus precios parte importante del retiro del estímulo y el no haber seguido adelante podría generar un daño mayor a una economía global frágil, llena de grandes distorsiones incubadas durante este ya largo proceso de excesiva liquidez. Mientras tanto, las distorsiones seguirán, probablemente, profundizándose.