José Miguel Benavente

Perdiendo terreno en la competitividad internacional

Por: José Miguel Benavente | Publicado: Jueves 6 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Los resultados del reciente indicador de competitividad del World Economic Forum (WEF) nuevamente nos muestran una preocupante realidad. Chile lejos de mejorar, ha estado perdiendo terreno relativo a otros países desde hace ya una década. Por mucho que se diga que estamos creciendo y que el empleo ha ido mejorando, lo cual es muy importante, esta tendencia decreciente en nuestra competitividad es consistente con el bajo nivel de crecimiento de la productividad de los factores que muestra nuestra economía en todos estos años.

En efecto, al observar los pilares que componen este indicador del WEF, se observa que por lejos nuestra parte más débil tiene justamente que ver con aquellos factores relacionados con la “inspiración” de nuestro desempeño económico. Calidad de la educación, sofisticación de los negocios, gasto en investigación y desarrollo, esfuerzo innovador de las empresas son algunos de los aspectos que nos revelan lo atrasado que estamos. Y no solamente al compararnos con países de ingreso similar al nuestro, sino que estamos peor que muchos a los cuales a veces tratamos en forma despectiva en su conducción económica.

Los resultados también revelan que la fuerte dependencia que tenemos de los recursos naturales es peligrosa y atenta contra nuestra sofisticación productiva. A pesar de que los precios de nuestras exportaciones han estado buenos, esta excesiva dependencia en ellos nos hace vulnerables a los vaivenes que históricamente han mostrado estos precios, pero también lo hacemos afectando el delicado balance de sustentabilidad ambiental y de los mismos recursos en el futuro.

Qué podemos hacer para mejorar y cómo hacerlo. Obviamente no hay una receta única, pero la experiencia de otros países nos puede ayudar. Primero, comprender que la excesiva dependencia de unos pocos productos, intensivos en recursos naturales es una apuesta riesgosa. Esto motivó a que muchos países hayan tendido a diversificar su matriz productora y sobretodo exportadora. Y lo hicieron buscando nuevos sectores que, tendiendo una mayor grado de sofisticación y valor agregado, han estado en sus orígenes fuertemente relacionados con aquellos más tradicionales, potenciando complementariedades iniciales para luego intentar desarrollarse en forma autónoma.

Y los segundo, y quizá más relevante aún, ninguno de estos países ha conseguido esto sin el esfuerzo complementario entre el Estado y el sector privado. El rol que ha jugado el mundo público ha sido fundamental. Y no sólo en su rol subsidiario, atendiendo las innumerables fallas de mercado que son naturales en estos procesos, sino que de forma pro activa. Buscando nuevos espacios, realizando apuestas inteligentes, generando el clima y dando señales al resto de la sociedad.

La búsqueda activa de nuevos sectores, con un mayor contenido de conocimiento no sólo mejora los indicadores de competitividad que hoy nos convoca, sino que también el nivel de desarrollo de nuestra sociedad.

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