Mundo cambiante, carreras cambiantes
Javier Zabala, director Luminis Consejeros
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Javier Zabala
Muchos ejecutivos me preguntan por la situación actual del empleo y cómo mantener vigente su valor profesional. Les preocupan las pocas posibilidades profesionales dado el downgrade de riesgo de Chile, el crónicamente plano y bajo crecimiento económico, la decreciente inversión, o el deprimido ánimo empresarial. Y les preocupa mantener su puesto, porque saben de amigos y colegas que han ido perdiendo el trabajo por achiques paulatinos de empresas varias, o de despidos masivos como las centenas que salieron de Collahuasi y Coca-Cola Company este mismo mes.
La respuesta de cómo enfrentar los síntomas actuales del mundo del trabajo no es corta ni simple, y no bastan unos pocos tips. Además, el tema no solo afecta a un ejecutivo como individuo, sino que también es una responsabilidad para los empresarios o altos gerentes a cargo de muchos profesionales.
Lo primero a comentar es que este ambiente con condiciones menos fáciles puede no ser un bache, sino que un escalón prolongado y global, y más bajo que lo vivido hasta ahora: el llamado New Normal. Situación que además cada ejecutivo tendrá que enfrentar profesionalmente hasta los 75 años o más -dado que hoy puede esperar vivir hasta los 90- y que en el New Normal las menores tasas de interés retrasan la edad de pensión. Adicionalmente, esto se complejiza por la verdadera revolución tecnológica que estamos viviendo, que afecta, deja obsoletos o elimina todo tipo de trabajos, incluso algunos que hasta hace poco parecían exclusivamente humanos, por ejemplo, la Inteligencia Artificial haciendo diagnósticos oncológicos de gran precisión.
En esta realidad, una primera conclusión es que un ejecutivo o profesional actual puede esperar tener que trabajar una a dos décadas más que lo que pensaba cuando entró al mundo laboral. Y en ese tiempo y situación, su “carrera” puede verse forzada a cambiar profundamente y más de una vez. Otra conclusión es que en este mundo del trabajo más largo y cambiante, es completamente inadecuado “pre-aprender” por 20 años (de los 4 a los 24 años de edad), y pretender luego “aplicar” ese mismo conocimiento por 40, 50 o más años.
Lo que se observa en las economías de vanguardia es que el futuro del trabajo requiere ejecutivos profundamente comprometidos con estudiar y aprender de forma continua. En la base, reforzando el manejarse muy bien con los números y las letras, con las tecnologías y ciencias de la información y comunicación, con dominar dos idiomas, y con ser cultural y cívicamente consciente. En conocimiento profesional, mostrando profunda y actualizada experticia en algún dominio más técnico. Y a nivel de mentalidad y competencias, trabajando la curiosidad, iniciativa, persistencia, empatía, adaptabilidad, pensamiento crítico, creatividad, comunicación y colaboración.
En el fondo un profesional hoy debe asumir que 70% de su tiempo lo debe dedicar a lo que se entiende por su función operacional, y al mismo tiempo que 30% lo debe dedicar a funciones y roles que antes se le dejaban al departamento de planificación y desarrollo. En lo operacional, su rol será de responsabilidad por los resultados de la empresa, de lograrlos sin excusas, de tener y transmitir gran claridad de objetivos y metas, de enfocarse en el corto plazo, en lo local, y si es necesario de utilizar y mostrar autoridad. En el 30% de desarrollo, utilizará todas las herramientas blandas mencionadas, y es probable que solo las pueda aplicar vía proyectos externos tipo estrategia, internos tipo reingenierías, y horizontales tipo aprendizaje organizacional. En el rol de desarrollo será más bien parte del éxito, con un foco en el largo plazo, en lo global, y con un estilo de influir más que mandar.
Con este set de competencias y simultaneidad de roles, un profesional puede inventar y reinventar su carrera indefinidamente. Y así, por un par de décadas puede mostrar un desempeño operacional valioso en una industria; y cuando ésta decae las redes que logró en iniciativas de desarrollo, sumadas a sus habilidades de cooperación, comunicación y conexión, le permiten detectar nuevos horizontes y adaptarse para ser exitoso en una nueva carrera.