Tomás Flores

El perdonazo del Mepco

TOMÁS FLORES Economista, Libertad y Desarrollo

Por: Tomás Flores | Publicado: Martes 24 de enero de 2023 a las 04:00 hrs.
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El Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) fue creado en 2014 como un sistema de estabilización de precios de las gasolinas, petróleo diesel y gas de uso automotriz, de manera tal que, al subir el precio internacional y/o el tipo de cambio nominal peso chileno vs dólar americano, no se transfiere toda el alza al consumidor final, ya que se rebaja el impuesto específico, otorgando así un subsidio implícito.

La menor recaudación fiscal se recupera cuando el precio doméstico debería bajar y ello no ocurre en su totalidad, ya que el fondo comienza a elevar el impuesto específico para compensar la recaudación perdida durante las épocas de alto precios. De esta manera, el efecto final debería tender a ser neutro tanto desde el punto de vista fiscal como desde los precios finales.

“Lo que fue creado como un mecanismo de subsidio transitorio, se convirtió en permanente. ¿Si se hubiera discutido ampliamente otorgar un subsidio no reembolsable, se habría aprobado en el Congreso?”

Sin embargo, la guerra entre Rusia y Ucrania elevó los precios internacionales de manera sustancial, al mismo tiempo que la incertidumbre política chilena disparaba el dólar hasta un récord de más de $ 1.000. Esto activó subsidios crecientes que comenzaron a desfondar el Mepco y ya en enero de 2022 fue necesario elevar el techo del fondo desde US$ 500 millones hasta US$ 750 millones, pues de no ser elevada dicha cifra y llegar al tope se desactivarían todos los subsidios y los precios subirían vertiginosamente.

Pues bien, en marzo del año pasado se elevó nuevamente el fondo desde US$ 750 millones a US$ 1.500 millones, siempre bajo la confianza de que dichos recursos serían recuperados cuando los precios se normalizaren post conflicto. Este incremento no fue suficiente y en junio se aumentó desde US$ 1.500 millones a US$ 3.000 millones, lo que prácticamente estaba agotado en diciembre recién pasado.

Ahora bien, la subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza, hace pocos días informó en la Comisión de Hacienda del Senado que, en virtud de lo aprobado en el presupuesto 2023, el Mepco se había “reseteado” y que ya no era necesario recuperar los cerca de US$ 3.000 millones que costaron los subsidios aplicados en los precios de los combustibles durante el año pasado. Esto generó sorpresa a los senadores presentes, ya que no recordaban el debate sobre la sustancial alteración del mecanismo de estabilización.

De esta manera, lo que fue creado como un mecanismo de subsidio transitorio, fue convertido en un subsidio permanente para el año 2022. Esto tiene una serie de implicancias, en especial la manera como deben ser registrados esos US$ 3.000 millones en la contabilidad pública, ya que al ser finalmente una especie de cupón para comprar bencinas más baratas, no es muy diferente a otros subsidios monetarios que otorga el Estado, tal como son los bonos y otras ayudas. Así, esos US$ 3.000 millones deberían ser incorporados en el gasto público 2022 y el superávit fiscal informado debería ser rebajado en cerca de 1% del PIB.

La segunda implicancia es la focalización de esta transferencia fiscal, ya que al ser un sistema de subsidio transitorio, aunque los beneficiarios sean automovilistas de ingreso medio alto, deberán devolverlo cuando los precios comiencen a bajar. En cambio, el subsidio final otorgado en 2022 les llegó a esos beneficiarios y no lo van a devolver nunca. ¿Si se hubiera discutido ampliamente otorgar un subsidio no reembolsable a estos beneficiarios, se habría aprobado en el Congreso, sabiendo el costo alternativo que ello tenía? Basta recordar que el anuncio gubernamental de hace pocas semanas atrás, que contiene siete medidas de “seguridad económica”, enfocadas en los sectores más vulnerables, tiene un costo de US$ 2.000 millones.

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