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Columnistas

El nuevo panorama global

KEVIN COWAN Economista y académico Escuela de Negocios UAI, excomisionado CMF

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 31 de marzo de 2025 a las 04:03 hrs.

En sólo tres meses, el panorama económico global ha cambiado drásticamente.

El cambio más notorio ha venido de Estados Unidos, donde ha quedado claro que los aranceles no son simplemente una herramienta de negociación, sino una pieza central de la política económica de la nueva administración. Esta tendencia proteccionista ha sido acompañada de un nivel de volatilidad poco visto en tiempos recientes. La incetrtidumbre y el temor a una guerra comercial ya comienza a dejar huellas: cae la confianza de los consumidores, se posponen inversiones y las expectativas de crecimiento han sido corregidas a la baja.

Europa también ha visto cambios profundos. La creciente desconfianza hacia Estados Unidos como socio estratégico (después de más de 50 años) ha empujado a los países de la región a reconfigurar su política fiscal e incrementar el gasto en defensa, incluyendo un cambio histórico en el marco fiscal de Alemania. Esto ha dado un nuevo impulso a las proyecciones de crecimiento para la Eurozona -un contraste marcado respecto al pesimismo dominante en 2024-, aunque también ha traído consigo mayores presiones fiscales y un aumento en las tasas de interés de largo plazo.

“El reciente retroceso de la bolsa de EEUU y la depreciación del dólar son señales de un rebalanceo global de portafolios hacia regiones y sectores menos expuestos a la nueva incertidumbre. Parte del impulso de la Bolsa chilena podría ser resultado de ese reacomodo”.

Todo este reordenamiento ya se refleja en los mercados financieros. El reciente retroceso de la bolsa estadounidense y la depreciación del dólar son señales de un rebalanceo global de portafolios hacia regiones y sectores menos expuestos a la nueva incertidumbre. Parte del impulso que ha experimentado la Bolsa chilena podría ser resultado de ese reacomodo. Mientras tanto, los indicadores de volatilidad -como el VIX y el MOVE- han subido, y las tasas largas en EEUU se mantienen elevadas a pesar de las señales de contención desde la Fed. Esto anticipa condiciones financieras más restrictivas a nivel global en el futuro inmediato.

¿Qué significa todo esto para Chile?

Primero, que la política monetaria deberá estar especialmente atenta al enfriamiento de la economía global y al endurecimiento de las condiciones financieras externas que enfrenta Chile. De ser necesario, es importante hacer uso de la credibilidad del Banco Central para ajustar la tasa de interés, apoyándose en el rol del tipo de cambio flexible como amortiguador ante shocks externos.

Segundo, que no podemos descuidar el marco de política macroeconómica que ha sido clave para la resiliencia del país en tiempos difíciles. Aunque los niveles de deuda pública neta aún son bajos en términos internacionales, se vuelve particularmente importante reforzar la credibilidad del marco fiscal.

Y tercero, que debemos seguir fortaleciendo nuestros lazos comerciales con el resto del mundo, y muy especialmente con los países de la región. El comercio con nuestros vecinos sigue siendo bajo en relación con el tamaño y cercanía de nuestros mercados. En un mundo más incierto, y con mayores barreras al comercio, la integración regional se vuelve cada vez más relevante.

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