De los bancos no vivenlas PYME

Andrés Meirovich

El estallido social y el Covid les han puesto una lápida a muchas de las PYME de nuestro país. Empresas jóvenes, nuevas, así como también otras de gran tradición, han tenido que enfrentar un deterioro en sus ingresos o derechamente bajar sus cortinas. Según las cifras que indica el reporte trimestral de la ASECH en marzo de 2021 “el 85,1% de los encuestados ha visto su emprendimiento afectado por la pandemia, 50.2% de manera grave; 36,8% de los encuestados declara haber perdido más del 50% de sus ventas anuales y 77,8% considera que el mayor factor de riesgo para este año es la falta de liquidez por baja de ventas, seguido por las deudas con entidades financieras (36%)”.

El reporte concluye diciendo “que existe una insuficiencia respecto de las medidas de liquidez realizadas por el Estado, que han forzado a las microempresas más vulnerables a combatir los efectos haciendo uso de sus ahorros previsionales, afectando sus futuras pensiones. Como complemento, el amplio uso del crédito Covid-19 indica que existirá este año un mayor nivel de endeudamiento por parte de las PYME que accedan al mismo”.

Da un poco de rabia, la verdad. Como ya lo hemos comentado largamente en este mismo espacio, la oferta de financiamiento en Chile es extremadamente limitada, en donde un 54% del dinero disponible en el mercado financiero proviene de créditos bancarios (en EEUU es solamente un 13%). Así también, dado que las tasas pueden rondar un promedio de UF + 24% anual (más las siempre temidas avalías personales), se hace muy difícil emprender y para que decir escalar en Chile. La gente quiere hacer empresa y poder desarrollarse, pero como país no estamos creando condiciones para ello. Deuda + deuda no es la solución.

Por otro lado, tenemos un caso como el de Gonzalo Vial. Hijo de un gran empresario, se las ha arreglado para dejar “clavados” a todos los bancos de la plaza, usando el nombre de la familia para que estas instituciones financieras estuvieran dispuestas a prestarle plata (no a UF + 25% ni avalías, por supuesto), con la promesa de pago relacionado a dividendos que nunca existirán, porque así está diseñado.

El de Vial es sólo uno de tantos ejemplos de abuso del sistema. Mientras muchos viven para pagar al día, otros ni se inmutan para defraudar al sistema.

Hacer empresa es uno de los oficios o profesiones más nobles que hay. Y Chile por muchos años fue un ejemplo de cómo hacer bien las cosas, pero lamentablemente, la comodidad y el status quo nos han llevado a “achancharnos” y no innovar en una oferta de financiamiento distinta a la banca tradicional. El capital privado es claramente una solución, incentivar el private equity, el venture capital, el open banking y las IPO para empresas emergentes, por nombrar solamente algunas son temáticas que rara vez son abordadas seriamente por nuestros políticos. Tal vez no las consideran atractivas electoralmente, pero seguramente harían una diferencia en mejorar la calidad de vida de miles de emprendedores, sus familias y colaboradores.