Es tiempo de democratizar las donaciones
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Señora Directora:
A muchos les gusta pensar y decir que la filantropía es cosa de ricos. Con esa estrecha visión dejan fuera a cientos de miles de personas que sin hacer grandes aspavientos aportan recursos mensuales a diversas organizaciones sociales como Bomberos, Coaniquem, Teletón, Un techo para chile, y un largo etcétera de fundaciones financiadas por personas, para personas.
Un ejemplo de esto es Antenna, fundación que constituimos con dos amigos hace cinco años, sin contar con fuentes de ingresos ni un fondo que nos auspiciara. Lo decidimos así porque queríamos poner a prueba el potencial de las personas y demostrar que no se necesitan miles de millones para generar valor compartido. Gracias a una comunidad de socios que fuimos construyendo a pulso, conformada por hombres y mujeres, entre 25 y 75 años, de más de 20 profesiones diferentes, hemos podido financiar nuestra fundación y con ello generar proyectos de impacto social.
Las organizaciones sociales generan cohesión, dan sentido de pertenencia, promueven valores comunitarios y sobre todo, permiten que los habitantes de un país, que aspiran a la riqueza y belleza social, puedan ser agentes activos en su evolución. Frente a la propuesta de una nueva ley general de donaciones, el llamado que hacemos desde la sociedad civil es a no perder el foco en la democratización de la filantropía y a no eliminar los beneficios que existen hoy, sino más bien aumentar las posibilidades para que pequeñas empresas y personas naturales puedan donar.
Elisa Ibañez
