Señor Director:
Hemos observado uno de esos días que todos los accionistas de La Polar quisieran olvidar. Lo que siempre ocurre en este tipo de situaciones es que se culpa a los principales gerentes involucrados por actuar a espaldas al directorio. Lo que, sin duda, sería un hecho, sin embargo, es importante preguntarse si no existirá de parte del directorio, al menos, una responsabilidad tácita, en el sentido de los incentivos puestos a sus ejecutivos o a las metas fijadas. Es cierto, un incentivo y una meta exigente no son sinónimo de que se desarrollen prácticas reñidas con la ética e incluso con la ley, pero al menos genera una presión competitiva, la que en ocasiones resulta difícil de manejar por algunos ejecutivos. El caso La Polar también nos muestra que uno de los principales perjudicados termina siendo el consumidor, producto de un exceso de confianza y desinformación, pues no se da cuenta del altísimo nivel que tienen las tasas de interés, ni tampoco considera la responsabilidad que tiene al endeudarse fuera de sus posibilidades de pago. Se debe levantar la voz de alerta en contra de las autoridades reguladoras y empresas de auditoría. Es relevante preguntar, que ocurre con el rol fiscalizador de la SVS, o como PWC, firma auditora de La Polar, explica que no detectó la situación al momento de revisar los estados financieros. También es interesante preguntar a la autoridad reguladora, ¿cuándo será revisada la tasa de interés máxima convencional que hoy rige nuestros mercados?
Juan Enrique Negri
Académico Esc. Negocios IEDE U. Andrés Bello.
Señor Director:
Respecto a la publicación de fecha 10 de junio en su medio de comunicación, con la cobertura sobre la situación de la empresa La Polar, en la nota principal, en su página 7, aparece un gráfico con la “Deuda Promedio por Clientes” de distintas tarjetas de retail, citando como fuente cifras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras. Es de nuestro interés darle a conocer nuestra discrepancia frente a lo informado, debido a que la determinación de la deuda se hace de manera errónea al utilizar el número de tarjetas con operación en el período enero – marzo, en cuanto lo correcto es usar el número de clientes que genera la cartera total. Esto provocó distorsiones en las cifras, entre ellas las que se refieren a ABCDIN dando a conocer montos que no coinciden con la información real con que cuenta la empresa. La deuda promedio a marzo de 2011 de la cartera de la tarjeta ABCDIN es de $ 252 mil.
Rodrigo Líbano
Gerente general (S) ABCDIN
Señor Director:
En Chile no existe un etiquetado de emisiones para equipos de calefacción que combustionan dentro del hogar, carencia que preocupa, ya que los artefactos “sin chimenea” más usados generan gases y partículas que, en elevadas concentraciones, pueden ser dañinos para la salud de la población. Es lo que se conoce como “contaminación intradomiciliaria”. Un estudio realizado por Dictuc para el Sernac (2009) evidenció que la información que entregan los fabricantes o distribuidores de estufas es incompleta, y no permite a los consumidores realizar comparaciones objetivas entre artefactos en términos de emisión de contaminantes. En este sentido, es destacable el proyecto de ley presentado por un grupo de diputados, para agregar un inciso a la Ley del Consumidor que establezca que “los artefactos a calefacción de gas y kerosene, sin ducto de evacuación de gases, deberán indicar información acerca de la emisión de gases nocivos para la salud y los riesgos que se somete el consumidor por el excesivo uso de éstos, mediante un aviso en lugar visible del artefacto”. Esta iniciativa, basada en los estudios de Dictuc, representa un gran paso para lograr avances en esta materia. En recientes conversaciones con autoridades de salud, hemos constatado la real preocupación que existe por el tema. Sería dable, entonces, coordinar la participación de los ministerios de Medio ambiente, Energía y Salud para lograr objetivos concretos en esta dirección.
Fabián Hormazábal P.
Subgerente Área Energía Sustentable DICTUC