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Cartas

Cartas al Director

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 28 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.

Barreras para la administración de la justicia
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Señor Director:
Algunas malas decisiones provienen de las mejores intenciones y la idea de imponer tasas judiciales puede ser una. Con ocasión de la Reforma Procesal Civil, actualmente en tramitación, se ha propuesto gravar al que desea interponer una demanda con una tasa judicial, es decir, un cobro que debe pagar el litigante con el objeto de contribuir con los costos que impone llevar adelante la tramitación de un asunto.

Las razones que justificarían su establecimiento no están claras, pero en la legislación comparada persigue dos fines: ser un sistema recaudatorio para el Poder Judicial y convertirse en un filtro para desincentivar la excesiva litigación. A primera vista puede parecer razonable, pero un análisis más profundo hace surgir una serie de objeciones.

Tradicionalmente se ha sostenido que la administración de justicia debe ser gratuita y soportada por el Estado. La función judicial se ejerce en su nombre, con miras al interés público y con absoluta imparcialidad. De ser pagada por los litigantes, serviría de magnífico pretexto para sospechar de dicho atributo, además de una justicia sólo para aquellos con recursos.

Ahora, si la razón es descomprimir el trabajo excesivo de los tribunales, basta con materializar las ideas que el proyecto ya contiene, cual es sacar de sede judicial los procedimientos ejecutivos, evitando que éstos actúen como cobradores de los bancos y casas comerciales.

Además, desincentivar la excesiva litigación parte de una premisa equivocada. Por regla general, los sujetos recurren a la justicia sólo como última opción. La mayoría encuentra en ella una serie de obstáculos difíciles de sortear y que lo alejan de la misma, sea debido al costo del litigio versus el beneficio esperado, el tiempo de duración de los juicios y las molestias propias del proceso, junto al temor a ser vencido y condenado en costas.

Imponer una nueva barrera de ingreso, como lo es la referida tasa, es obstaculizar aún más la tarea y esperamos que el proyecto en revisión no las establezca. Un Estado de Derecho, propio de una sociedad democrática, no sólo debe consagrar derechos a favor de las personas, sino que debe crear y propiciar todas las condiciones para que puedan recurrir ante los tribunales. De otro modo, es una simple declaración de buenas intenciones.
Felipe Muñoz Levasier
Secr. Estudios de Derecho, Concepción U. San Sebastián


Interpelación a ministra Matte
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Señor Director:
Me dirijo a usted a propósito de lo planteado por el señor Julio Domínguez en una carta publicada el lunes, en la que agradece la interpelación a la ministra Matte por el hecho tremendamente valioso de generar una reacción acelerada del trabajo del gobierno que tanto hacía falta. Reconstruir Chile, luego de la peor catástrofe de la que tenemos registro, es una tarea que estamos desarrollando desde el primer día con el mismo sentido de urgencia, responsabilidad y profesionalismo. Los avances que hoy se perciben en Dichato forman parte de un proceso que nos ha permitido entregar más de 103 mil subsidios de reconstrucción, tener 45 mil soluciones habitacionales en ejecución y 4.500 proyectos terminados o entregados. Continuarán apareciendo construcciones, pues nuestra labor no se detendrá hasta que los más de 220 mil damnificados recuperen sus viviendas y, con ellas, la paz y tranquilidad que merecen.
Pablo Ivelic
Coordinador Nacional del Plan de Reconstrucción Ministerio de Vivienda y Urbanismo


Nuestra exuberancia irracional
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Señor Director:
En la referencia al mercado bursátil local que presentó el Banco Central se insinúa que estaría sentándose en una burbuja y que los activos financieros accionarios estarían caros. En esto una parte de la explicación la lleva el dólar que estaría relativamente más depreciado en nuestro país; o lo que es lo mismo, el peso chileno se ha hecho más fuerte y los activos chilenos están más caros relativamente para un extranjero. La otra parte tiene que ver con la moda de comprar acciones chilenas, lo que ha llevado a nuestra bolsa a batir record históricos este año.

Si estamos en una sobrevaloración de la bolsa o no, es difícil saberlo, y pareciera que esto es un decir convencional para no decir nada en el fondo, pero el detalle está en que a diferencia del precio de los tomates en que sí podemos creer que el precio es el correcto, porque refleja lo que está ocurriendo ahora en el mercado, el precio de las acciones es una representación de lo que esperamos que ocurra a futuro con los resultados de las compañías, luego contiene expectativas sobre el futuro que el mercado necesita medir hoy y pone en plata de hoy, dando por descontada una rentabilidad.

El dilema es que pasado el tiempo, se valida o no la exuberancia irracional y muchos salen a decir que cómo no se dieron cuenta, que era obvio. Todo es obvio, hasta que alguien se da cuenta de que es obvio.
Víctor Valenzuela Villagra
Ingeniería en Administración de Empresas U. Andrés Bello

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