Banco Mundial y educación superior en Chile
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Señora Directora:
Este 18 de octubre tuve sentimientos encontrados al revisar el análisis que hace el Banco Mundial sobre nuestro sistema de educación superior en su diario. En él se detallan una serie de características y variables, como también efectos negativos que se observan y otros que se harán crecientes en los próximos años.
Mi sinsabor no es sobre la claridad del estudio y sus observaciones: el problema radica en que estos son los mismos puntos que las instituciones hemos planteado reiteradas veces a los distintos gobiernos de turno. Así, hoy contamos con políticas públicas que, si bien promueven acceso, no miden las consecuencias de sus acciones.
Estas decisiones no se centran en una calidad sostenible, pues omiten elementos de desarrollo e inversión, y no ayudan a resolver problemas de la base educacional; además, constantemente restringen de forma unilateral el ingreso a las instituciones.
Lo mismo ocurre hoy cuando estamos transitando hacia una "nueva normalidad" en las universidades, pues en vez de promover la modernidad lograda, las acciones nos orientan a un retorno de alta presencialidad que se observa como obsoleto y limita la distribución del conocimiento hacia los puntos más remotos del país.
Es fundamental generar bases sólidas para un sistema de educación superior moderno, que pueda dar respuesta a las demandas actuales y futuras, y que posea la agilidad necesaria para enfrentar a este mundo que sólo se acelera.
Mario Herane
Prorrector Universidad Mayor
