Resurgen las tensiones entre Rusia y Ucrania
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Han pasado más de dos años desde que Crimea rompió sus lazos con Ucrania y se anexó a Rusia, desatando una ola de indignación mundial, que llevó a EEUU y a la Unión Europea a decretar duras sanciones económicas contra Moscú.
El presidente Vladimir Putin no cedió a la presión y las negociaciones internacionales produjeron escasos avances, pero la economía rusa acusó el golpe, justo en momentos en que la caída del petróleo, una de sus principales exportaciones, disparaba el déficit comercial y mandaba al rublo en picada.
Ahora, por fin Rusia está viendo la luz al final del túnel. La caída del PIB de 0,6% en el segundo trimestre fue menor a lo esperado y la menos severa desde que comenzó la recesión, hace un año y medio.
Sin embargo, justo ahora, los tambores de guerra vuelven a sonar. Moscú abandonó esta semana la mesa de negociaciones, denunciando incursiones de Ucrania en Crimea. Las tropas rusas han vuelto a concentrarse en la frontera y el discurso beligerante ha regresado al Kremlin.
La reacción indudablemente está ligada a las elecciones parlamentarias que se celebran el próximo mes en Rusia, pero podrían frustrar la recuperación en una de las mayores economías emergentes del mundo.
