DF Tax | Desafíos de la digitalización de la economía mundial: ¿humo blanco?
Gert Greve, asociado senior de Fischer y Cía.
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Gert Greve
El pasado 8 de octubre, más de 130 países miembros del Marco Inclusivo de la OCDE/G-20 (incluido Chile), que representan más del 90% del PIB mundial, se comprometieron a realizar la modificación más importante al sistema tributario internacional desde su creación en 1923, con el objeto de enfrentar los desafíos planteados por la globalización y digitalización.
El acuerdo comprende adoptar la denominada solución de Dos Pilares.
El Pilar Uno tiene por objeto asegurar una distribución más justa de la potestad tributaria sobre las utilidades de las más grandes multinacionales, permitiendo a las jurisdicciones donde se encuentren los consumidores o usuarios de los grupos multinacionales (denominadas jurisdicciones de mercado) gravar parte de dichas utilidades con independencia del lugar donde éstas mantengan su presencia física (excluyendo expresamente a la industria extractiva y los servicios financieros). Lo anterior representa un cambio de paradigma al sistema tributario internacional, donde históricamente ha predominado el principio de residencia.
El Pilar Dos tiene por objeto establecer un piso mínimo a la competencia tributaria por medio de la incorporación de una tasa mínima global corporativa del 15%. Para asegurar la aplicación de esta medida, los países se comprometieron a incorporar en las legislaciones domésticas y en los tratados de doble tributación normas que permitirán a los países de residencia o de la fuente gravar en el caso de que algún país no de cumplimiento a la tasa mínima global.
Cada pilar se implementará a través de su propio instrumento multilateral y mediante la incorporación de normas domésticas sobre las que se encuentra trabajando el equipo de economía digital del Marco Inclusivo. De esta manera, se espera que ambos pilares entren en vigor el año 2023, fecha que coincide con el aniversario número 100 del sistema tributario internacional.
Si bien este acuerdo representa un gran avance para un nuevo régimen global, existen todavía preguntas sin resolver sobre los detalles del proyecto, incluyendo el método para eliminar la doble tributación, cómo se manejarán las inconsistencias con los tratados vigentes y el modo de resolución de conflictos, entre otros. Se espera que estas dudas se vayan despejando en los próximos meses con la entrega de los documentos comprometidos, y que no solo nos quedemos con el humo blanco.