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DF Lab | WeWork

Carlos A. Osorio, PhD. Cofundador de Yuken Impact Research Lab, y profesor adjunto FEN-UDD.

Por: Carlos A. Osorio | Publicado: Lunes 7 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Carlos A. Osorio

Con una inversión de US$4.7 mil millones y valoración de US$21.1, se decía que WeWork estaba generando la disrupción en base a Inteligencia Artificial (AI) e Internet de las Cosas (IoT) en el negocio inmobiliario comercial. Su crecimiento hacía pensar que lo estaba logrando: en 2017 tenía más de 200 espacios en 31 ciudades y, a fines del 2018, 425 espacios en 100 ciudades (Santiago incluido). Para mayo del 2018 estaba en el número 23 de los 2018 Disruptor 50”.

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En mayo del 2019, BBC publicó esta comparación (usando datos del 2018): WeWork: 425 espacios y valorada en US$ 44 mil millones, ingresos: US$ 1,7 mil millones y utilidades: -US$ 1.9 mil millones; IWC: 3,306 espacios, valorada en US$ 3,72 mil millones, ingresos: US$ 3,1 mil millones, utilidad: US$0,191 mil millones Servcorp: 150 espacios, valorizada: US$ 0.2 mil millones, ingresos: US$ 0,206 mil millones, utilidades: US$ 0,021 mil millones. Lo único que podría haber explicado tanta diferencia entre empresas del mismo sector es propiedad intelectual (IP), sin embargo, no existen registros al respecto. Aún en la falta de resultados, lo que apoyaba la valoración extrema de Amazon era la gran cantidad de patentes que auguraban su potencial. Todo bien hasta que en agosto pasado WeWork, valorizada en US$47 mil millones, decide hacer su Oferta Pública de Acciones (IPO), y es aún más centro de atención. Cuando mucha gente mira se descubren cosas y, desde entonces, la empresa ha perdido más del 70% de su valor. En un correo a inversionistas, Whitney Tilson definió WeWork como una “mezcla de Uber, Tesla, Fyre Festival y Theranos”, donde Fyre Festival y Theranos son fraudes de alto calibre. ¿Qué lección deja todo lo anterior para quienes buscan invertir en disrupciones? En tiempos de cambios tecnológicos cada vez más rápidos y exponenciales, debemos estar aún más atentos a las oportunidades. Nada redefine más industrias y elimina más empresas que el cambio tecnológico. Sin embargo, también debemos educarnos en el tema y entender sus dinámicas, porque siempre hay gente que vende aire. La disrupción comienza con clientes insatisfechos, no con nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías son consecuencia de la búsqueda por resolver problemas y necesidades. Si alguien genera nuevas tecnologías, esto queda en evidencia en los resultados y/o en IP. Si hay pérdidas temporales, éstas se apalancan en el potencial de nueva IP. Si hay diferencias importantes en valoración, pero no hay resultados ni evidencia de IP, entonces hay problemas serios.

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